Une Oriente y Occidente a través de la cultura, el urbanismo, el comercio y las relaciones humanas. El viaje por la Ruta de la Seda es uno de los viajes más deseados. En todos los tiempos. Desde Marco Polo hasta el siglo XXI, millones de personas se han dejado seducir por el misticismo que recorre esta ruta de rutas.
La Ruta de la Seda, una aproximación
La Ruta de la Seda es una de las rutas comerciales con mayor tránsito a lo largo de la Historia. Recibe el nombre de su tesoro, la seda, si bien en esta ruta se intercambiaban todo tipo de especias y artículos: desde ropas exóticas, metales preciosos, artesanías.
Nunca fue una única vía, sino una conjunción de caminos y vias comerciales entre los diferentes pueblos. Surgio en el interior de China como una vía para expandir su mercado hacia los pueblos vecinos a través de la Gran Muralla.
La primera visita comercial se produjo en el siglo II a. C.
La Ruta original se dividía en varias ramas: hacia Europa del Este; hacia La India y hacia el Mediterráneo.
Su declive se debió a la evolución de otros medios de transporte, más rápidos y, en ocasiones, menos peligrosas para los intereses de los comerciales.
¿Qué transportaban en la ruta de la seda?

Las mercancías que circulaban de Oriente a Occidente eran muy variadas. La seda, por supuesto, es la más valorada; sin embargo, también se comerciaba con caballos, alfalfa o uvas.
Y sí, a esto se suman piedras preciosas, vidrios o porcelanas, arroces o ámbar.
Países que recorrerás en tu viaje por la Ruta de la Seda
Ya hemos visto que la Ruta de la Seda fue un conector de civilizaciones y culturas. ¿Qué países se conocen cuando se planifica un viaje por la Ruta de la Seda?
China
El origen de la ruta y de muchas de las especias y textiles que tanto sedujeros a los viajeros occidentales. Desde ella se extendieron diversos ramales, primero internos, comunicando las distantes regiones del inmenso país.
Mongolia
Si China es el origen real, Mongolia, a través de las grandes conquistas de Gengis Khan, la causa de su expasión. Después de la época de las grandes hazañas, la paz animó el comercio, y con él, el periodo dorado de la Ruta de la Seda.
La India
Calcuta se convirtió rápidamente en puerto comercial para los intercambios de productos. Desde aquí, se generaba el comercio de doble sentido: Europa obtenía las especias y sedas de Asia; Asia obtenía tecnología y nuevos alimentos.
Desde Calcuta puedes continuar por el viaje por la Ruta de la Seda hacia el resto de ciudades principales como Nueva Delhi, Bombai o Agra.
Persia
Lo que hoy corresponde con Irán conformaba el imperio persa, una de las zonas de paso obligado entre Oriente y el Mediterráneo. La rica Ispahán, la espléndida ciudad de Tabriz, son algunas de las joyas persas que no te puedes perder en tu viaje por la Ruta de la Seda.
Precisamente en Tabriz podrás contemplar la gran Mezquita Azul de Kabud, una de las más bellas del mundo, además del museo de Azerbaiyán (hoy país independiente).
Además de Teherán, y sus palacios y mausoleos, la Ruta de la Seda también hace parada en Bam, hoy ya reconstruída después del terremoto.

Arabia Saudí
Los desiertos de Arabia Saudí dividen en dos la Ruta de la Seda: por una parte, aquella rama que se dirige hacia Siria y los puertos del Mediterráneo norte; y el ramal sur hacia Egipto, que trascurre hacia el sur de África y el Oeste.
Los grandes oasís árabes son auténticos paraísos en la tierra para el viajero.
Siria
Hermosa y destruida, Siria fue siempre un eje clave para los países del Mediterráneo. La continua Guerra Civil que viven ha hecho que esta parte de la Ruta de la Seda sea desviada a la vecina Turquía, dejando atrás las bellas ciudades de Alepo, Holms, Palmira o el propio Damasco.
Turquía
Estambul es la joya turca de la Ruta de la Seda. No hay viaje por la Ruta de la Seda que no haga parada en la ciudad del Bósforo. Santa Sofía, la Gran Mezquita, sus calles, su espíritu cosmopolita es el mejor reflejo de lo que suponía la Ruta de la Seda.
Tayikistán
El centro de Eurasia guarda joyas como el Valle de Fergana, que es una región de un gran atractivo fronteriza con Uzbekistán. Aquí lo interesante es dejarse empapar por la diversidad cultural y étnica que convive en sus ciudades.
Uzbekistán
El corazón de la Ruta de la Seda, Uzbekistán cuenta con varias ciudades que tuvieron gran importancia en la mejor época de la Ruta de la Seda, como la hermosa Samarcanda.
Egipto
Los comerciantes que atravesaban Arabia tenían dos opciones: dirigirse hacia el norte o el sur. Aquí aguarda la península del Sinaí y la comercial Alejandría. Por supuesto, no podemos dejar de visitar el Egipto Antiguo para imaginar la sensación del viajero ancestral al encontrarse en esta etapa de su ruta comercial.
Rusia
El viaje por la Ruta de la Seda no puede obviar al otro gran gigante euroasiático. Rusia es uno de los territorios donde puedes conocer otra de las ramas de la Ruta de la Seda, con derivados hacia Europa, con paradas en Moscú y San Petersburgo, y hacia el Este, superando el transiberiano.
Las ciudades que no te puedes perder en tu viaje por la Ruta de la Seda

La Ruta de la Seda no es una única y marcada ruta sino un conjunto de líneas de comunicación comercial entre las culturas de Oriente y las de Occidente. Lo que proponemos a continuación son las ciudades más importantes de la Ruta de la Seda. Pero ojo, no son las únicas. Existen joyas desconocidas que cautivan a quienes se atreven a explorar.
Valencia, en España, parte de la Ruta de la Seda
En efecto, para hacer el viaje por la Ruta de la Seda no hace falta irse muy lejos. Aquí, en Valencia, se puede tomer como origen o destino de la Ruta. ¿Sabías que los trajes de falleras incluyen seda? Así es, este es el último vestigio del puerto de la seda en España.
Venecia, la ciudad de los canales y el comercio
La República de Venecia fue durante muchos años uno de los puntos neurálgicos del comercio en el Mediterráneo. Desde aquí partían barcos a cada uno de los puntos cardinales, además de viajeros terreste que se adentraban más allá de las montañas.
Desde aquí partió Marco Polo a su extraordinario viaje en búsqueda de los herederos del Gran Gengis Khan.
Estambul, la ciudad entre dos continentes
El Conde de Montecristo la describió como una amante abierta a dos mundos. Así es Estambul; siempre a caballo entre Oriente y Occidente, Estambul es una de las ciudades más bellas del mundo.
Además de la Iglesia de Santa Sofía y la Mezquita Azul, merece la pena conocer zonas como el Puente Galata o el barrio de Beyoglu, la auténtica esencia cosmopolita de la ciudad.
Ispahán, la capital histórica de Irán
Después del declive del imperio iraní, Isfahá n entró en decadencia. Hoy en día se guardan los tesoros principales como son la gran plaza de Naqsh-e Jahan que guarda la Mezquita del Sha o el Palacio Ali Qapu.
Si recorres el zoco, encontrarás numerosos puestos de alfombras hechos con seda, unos de los vestigios de la ciudad como punto de referencia de las caravanas comerciales de la seda.
Merv, en Turkemenistán
Se trata de un conjunto Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su situación estratégica en el camino original de la Ruta de la Seda la convirtió en una parada casi obligada. Fue fundada para Alejandro Magno y conquistada por el hijo de Gengis Khan.
Samarcanda, en Uzbekistán
Bella y a veces olvidada, Samarcanda posee todo el misticismo de Las mil y una noches, que se traduce en sus bellas madrazas, mausoleos y plazas.
Xian, en China
A esta ciudad se la reconoce mundialmente por haber albergado a los guerreros de terracota. Antigua capital china, su situación como encrucijada de caminos de las diferentes Rutas de la Seda le confirieron una personalidad única: abierta a oriente y occidente.
No dejes de perderte por sus calles para empaparte del espíritu de comercio y dinamismo de la localidad.

Viaje por la Ruta de la Seda china
Otra de las variantes de la Ruta de la Seda tradicional es aquella que trascurre por el interior de la propia China y que se conoce como Ruta de la Seda China. A través de ella se recorren más de 3000 km entre las provincias chinas de Gansu y Xinjiang.
A su vez, esta ruta turística de origen comercial se divide en dos tramos: el Corredor de Heixi y el recorrido por la enigmática provincia de Uygur o Xinjiang.
Ciudades que no te puedes perder en la Ruta de la Seda China
Como hemos visto, China fue el país de origen y el motor de la Ruta de la Seda. En este apartado os mostramos las cinco ciudades que no puedes pasar por alto si estás organizando tu viaje por la Rurta de la Seda China.
Zhangye
Comenzamos nuestro camino en la ciudad de Zhangye, en la provincia de Ganso, no sin antes haber disfrutado del exotismo de los templos de MatiSi sobre las montañas de Danxia, todo un fenómeno de la naturaleza que no te puedes perder si tus pasos te llevan a recorrer China.
Dunhuang
Las dunas del desierto del Gobi y las grutas budistas que recuerdan al complejo afgano de Bamiyan son los grandes atractivos de esta ciudad china.
Jiayuguan
Una parada obligada para contemplar el origen o el final de la Gran Muralla China, con su Fuerte. No puedes dejar pasar la oportunidad de pasear por esta zona. Ojo, no es la original sino una reconstrucción.
Tulufán
Ante ti aparece la primera de las ciudades de Xingjian, y el primer punto de contacto con una de las culturas orientales más interesantes: los Uygur. Que no te extrañe si se parecen más a los eslavos y mongoles que a los chinos, pues tienen origen euroasiático.
Si te sientes atrapado por esta cultura diferente, piérdete unos días entre las montañas circundantes y ciudades milenarias.
Kashgar
En este viaje por la Ruta de la Seda china es el punto final, aunque puede ser el de partida. Una ciudad con mucha vida, donde no puedes dejar de pasar por el mercado de animales que se celebra cada domingo del año.
Consejos para hacer el viaje por la Ruta de la Seda
¿Convencido de que este es el viaje que deseas hacer? Si es tu primera vez, atentos a estos consejos para convertir el viaje por la Ruta de la Seda en una auténtica experiencia.
¿Cuál es la mejor época para hacer la Ruta de la Seda?
Entre mayo y octubre es una muy buena época para viajar a la Ruta de la Seda, ya que las condiciones climáticas son suaves, con una temperatura media de 15 grados. ¿En verano? Sí, aunque en algunas etapas estaremos expuestos al sol seco, este es más llevadero que en los trópicos.
No se puede olvidar para el viaje por la Ruta de la Seda
Es importante llevar ropa de abrigo aun cuando viajemos en verano. Aquí la diferencia de temperaturas entre el día y la noche es muy alta.
Por supuesto, no podemos olvidarnos del cazado: adecuado para caminar y que no nos roce.
Asimismo, utilizar siempre protector solar y gafas de sol con sombreros para proteger piel y ojos. En las etapas de desierto, sumar también cremas hidratantes.
La comidad en la Ruta de la Seda
Ten en cuenta siempre que en aquellas regiones de mayoría musulmana, habrá productos de carne de cerdo que no encontraremos para comer. Aprovecha siempre que puedas a consumir fruta para recuperar el esfuerzo, con moderación.
Por último, pero no menos importante, cuando entras en China, has de ser consciente de que no existe libertad de opinión, por lo que temas como la política y la religión mejor no removerlos.