Llega el 1 de noviembre y, con él, una peculiar celebración al otro lado del mundo. Pero, ¿son ciertas las representaciones que se hacen del día de muertos en México? Disney se encargó de acercarnos a la realidad de esta singular celebración mexicana a través de la película Coco. En nuestro artículo de hoy te invitamos a adentrarte en los detalles de una fiesta ancestral: la tradición del día de muertos en México
Tradición del día de muertos en México
Recibir a la muerte como a una vieja amiga y alejarse con ella, como iguales de la vida, es una de las principales características del pueblo mexicano y que constituye la base de una de las celebraciones más esperadas para los habitantes de ese país. Aquí en el México bárbaro se venera a la parca, pero no hablamos de la Santa Muerte y todo el culto que existe entorno a esta escalofriante figura (y que se retrata con avidez en la serie Penny Dreadful: Ciudad de Ángeles). Nos remontamos a un pasado prehispánico, antes de la llegada de los españoles a estas tierras.
El origen
La muerte siempre ha sido objeto de culto para el mexicano. Tiene su nacimiento en los antiguos ritos teotihuacanos de rendir tributo a los difuntos en los que se intentaba que el alma de los muertos llegara con bien al más allá (algo que nos recuerda ligeramente a los ritos mortuorios del antiguo Egipto). Después de los teotihuacanos llegaron los mexicas o aztecas, pueblo que terminó por rendirse al domino español. Para los mexicas, el alma podía habitar 4 estadios. El primero, el Tlalocan al que iban los que morían en circunstancias relacionadas con el agua; después, el Omeyocán, para los muertos en combate. En tercer lugar estaba el Mictlán, el más famoso de todos, y destinado a los que morían por causas naturales y, por último el Chichihuacuauhco, para los niños.

Llegar al Mictlán no era tarea fácil. Era imprescindible transitar durante unos cuantos años por distintos lugares. Después, el alma alcanzaba el Chicunamictlán, sitio donde descansaban o desaparecían las almas de los difuntos. Para poder transitar este sitio era imprescindible contar con la guía de un perro Xoloitzcuintle, una raza de perro sin pelo típica de México. El Xolo, como se le conoce cariñosamente, es una de las almas más puras, por lo que, como guía, era ideal. El Xoloitzcuintle tenía un simbolismo especiales en los ritos mortuorios y, a día de hoy, sigue siendo una especie rodeada de mucho misticismo. Es destacable su presencia en dos de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica, ya que el Xolo era guía excepcional tanto en el Mictlán azteca como en el Xibalba (inframundo maya).
Los antiguos mesoamericanos creían que el alma del difunto necesitaba su ayuda para transitar por el inframundo. Así, proveían al cuerpo de alimentos, herramientas, armas y un sinfín de utensilios que podrían ayudarles en su camino al más allá -¡más similitudes con el antiguo Egipto!-.
¿Cuándo y cómo se celebra la tradición del día de muertos en México?
Desde la noche del 31 de octubre y hasta la del 2 de noviembre, la línea que separa a los vivos de los muertos se desdibuja ligeramente. Es la época del año en la que los difuntos pueden abandonar el Mictlán y volver a casa para reunirse con los suyos, o, al menos, eso es lo que piensan en México desde tiempos lejanos. El 31 de octubre es la fecha del calendario en la que las almas de los niños que han muerto viajan a su hogar. El 1 de noviembre es la noche de Todos los Santos y la que va del 1 al 2 es la de los Fieles Difuntos, punto álgido de la celebración.
Los muertos vuelven a sus hogares siguiendo el olor que despide un camino de flores amarillas para encontrarse con una ofrenda en su honor.
Las flores de cempasúchil
Durante estos días las calles de todo México se cubren de un manto amarillo-naranja producido por las flores de cempasúchil o flor de muerto. Suena tétrico, pero su nombre en realidad viene del náhuatl y significa 20 flores, pues se creía que esta flor estaba compuesta de 20 flores diminutas. El cempasúchil, como la tradición del día de muertos en México, tiene un origen prehispánico y ya desde entonces se usaba para decorar.
Empezamos por contarte que, según una bonita leyenda, Xóchitl y Huitzilin, dos enamorados, subían a una montaña, cargados de flores, a rendir culto al dios del sol, Tonatiuh. Como toda tragedia, Huitzilin partió a la guerra y nunca volvió. Devastada por el dolor, Xóchitl pidió a Tonatiuh que la liberara de su sufrimiento y la reuniera con su amado. El dios del sol, conmovido, convirtió a la joven en una hermosa flor hasta la que llegó un colibrí. Cuando el colibrí se posó en la flor, esta se abrió despidiendo un particular aroma.
Es precisamente por su delicado aroma que la flor de cempasúchil es la reina indiscutible de los altares mexicanos, otro elementos indispensable del día de muertos.

El altar, tradición del día de muertos en México
Sin duda la tradición del día de muertos en México más importante es la de los altares. Representan el fin del camino de las ánimas y es símbolo de que han llegado a casa. Todos los hogares mexicanos ponen un altar en estas fechas tan significativas. El altar es una ofrenda y su tamaño varía de casa en casa. Algo destacable de los altares y que nos llama particularmente la atención es que son la perfecta muestra de la mezcla entre mexicanos y españoles. En él se fusionan los elementos de la antigua religión politeísta del pueblo con las creencias del catolicismo llevado por los españoles hacia 1521.
Los altares están cargados de simbolismo. Representan la cosmovisión que tienen los mexicanos entre el mundo material y el inmaterial y se dividen en niveles. En cada uno de estos niveles se colocan elementos muy significativos para la cultura, la religión o el difunto al que se le dedica el altar.
Hay altares de distintos niveles. Los de dos niveles representan el cielo y la tierra y los frutos que dan cada uno de estos. Los altares de 3 niveles se dividen en cielo, tierra e inframundo. Los de 7 niveles, que son los más característicos, enmarcan los 7 niveles por los que debe pasar el alma para poder descansar. Se cree que el número 7 también puede representar los 7 pecados capitales.
Al altar se llega a través del camino de flores de cempasúchil, de la cual se hace una cruz, símbolo del catolicismo. El altar debe de estar vestido con un mantel blanco, que representa la pureza. Además del mantel, se suelen poner banderitas de papel de colores y velas. El número de velas depende del número de almas que se quiere recibir y van de color morado en ocasiones, representando el duelo. También es común que las velas se pongan en cruz, para que los difuntos puedan orientarse. Se suele colocar una copa con incienso para purificar el ambiente y limpiarlo de las malas vibraciones.
El altar se decora, además de con flores, papel y veladoras, con calaveritas de azúcar, que representan los cráneos humanos y una pequeña figura del xoloitzcuintle, guía de las almas. Por último, el altar se llena con la comida favorita de los difuntos. No pueden faltar el pan de muerto y el chocolate. Y, por supuesto, las fotografías de todos aquellos que han muerto y se espera lleguen durante la noche.

Xanal Pixán: tradición del día de muertos en México
México es un país muy diverso y repleto de costumbres y tradiciones diferentes. Lo común es que las personas acudan al cementerio a comer con sus difuntos y se limpien las tumbas. Sin embargo, al sur del país, las tradiciones se tornan un poco diferentes. En los Estados de Campeche y Yucatán se celebra el Hanal Pixán o comida de las ánimas.
Lo más característico es el pibipollo, un delicioso manjar que se prepara año con año y que en maya significa «lo que se entierra». El nombre hace alusión a la forma tradicional de preparar el platillo: esta singular comida se elabora a base de masa de maíz, condimentos y pollo y se envuelve en hojas de plátano. Mientras se prepara el guiso, se cava un hueco en mitad de la tierra y se va encendiendo con piedras y leña. Una vez que el pibipollo está listo, se entierra en el hueco cavado, se cubre con láminas y se deja ahí toda la noche. Al día siguiente, la familia se reúne para desenterrarlo y celebrar a sus muertos.
Cerca de Campeche se encuentra Pomcatrinauch, donde se elabora un pan exquisito. Los habitantes de Pomuch tienen la costumbre de ir al cementerio, desenterrar los huesos de los difuntos, lavarlos y sentarse a comer con ellos. Los huesos limpios se envuelven en un mantel blanco y se colocan en cajas de madera. ¿Por qué hacen esto los mexicanos? ¿Por qué ese ritual? Porque se tiene muy presente el memento mori: recuerda que tú también morirás, así que mejor honra a tus muertos.