Ninguna visita a la Ciudad de México está completa sin pasar por las ruinas arqueológicas de Teotihuacan. Situada a unos 50 kilómetros al noreste de la capital mexicana, Teotihuacan ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su enorme riqueza histórica, artística y arqueológica. Pero, sin duda, lo que más llama la atención de este conjunto son los numerosos misterios que lo envuelven. ¿Quieres descubrirlos? ¡Sigue leyendo!
Un poco de historia
Teotihuacan fue uno de los mayores centros urbanos del mundo antiguo: de hecho, se considera que fue la mayor civilización prehispánica de Mesoamérica, y la ciudad más grande y poblada de Occidente antes del siglo XV.
En su apogeo, Teotihuacan abarcaba un núcleo urbano de unos 20 kilómetros cuadrados con una población estimada en más de 100.000 personas. Su influencia se sintió en todo el centro de México y hasta en el sur de Guatemala.
La ciudad estaba organizada en forma de cuadrícula, y muchas personas vivían en lo que los estudiosos llaman conjuntos departamentales, que contenían múltiples familias. Un proyecto de mapeo arqueológico identificó alrededor de 2.200 de estas estructuras dentro de la ciudad, con excavaciones que mostraban que algunos de estos conjuntos eran más ricos que otros (lo que se deduce del hecho de que se utilizó más piedra y yeso de cal en su construcción).

Se estima que la ciudad floreció hace unos 2.100 años, cuando aparentemente comenzó su construcción, y entró en declive en torno a 1.400 años atrás, a partir de un poderoso incendio que arrasó con gran parte de ella.
Sin embargo, incluso con el declive, la ciudad nunca estuvo realmente «perdida»: se sabe que los aztecas hicieron peregrinaciones regulares al sitio en períodos posteriores. Se desconoce cómo llamaban los propios habitantes de la ciudad y sus estructuras. El nombre actual, Teotihuacan, le fue dado por los aztecas y significa «el lugar donde los dioses fueron creados».
Lo curioso, sin embargo, es que a pesar de contar con todos estos datos, no se sabe a ciencia cierta quién construyó la ciudad, aunque las evidencias arqueológicas demuestran que Teotihuacan albergó un mosaico de culturas como la maya, la mixteca y la zapoteca.
¿Qué ver en las ruinas arqueológicas de Teotihuacan?
La Avenida de los Muertos
El punto de partida de las ruinas arqueológicas de Teotihuacan es la calle principal de la ciudad, situada sobre un eje norte-sur y conocida hoy como la Avenida de los Muertos (nombre azteca posterior). Tiene una extensión de más de dos kilómetros y a lo largo de ella se encuentran los tres grandes complejos piramidales.

Pirámide de la Luna
En el extremo norte de la avenida está la Pirámide de la Luna. Según sugieren las investigaciones más recientes, fue construida en etapas entre el año 1 d.C. y el 350 d.C. Comenzó como una pequeña plataforma y eventualmente se convirtió en una pirámide de 46 metros de altura con una base de 168 metros por 149 metros. Sus plataformas elevadas se utilizaron probablemente para rituales que podían ser presenciados por la gente en el suelo. Las tumbas que se encuentran asociadas a la estructura contienen sacrificios humanos y animales junto con obsequios funerarios de gran valor como la obsidiana.
Pirámide del Sol, la más grande de las ruinas arqueológicas de Teotihuacan
Al sur de la Pirámide de la Luna está la Pirámide del Sol. Con una altura de más de 63 metros y una base de más de 225 metros de largo a cada lado, esta pirámide es una de las mayores estructuras creadas en el Nuevo Mundo precolombino. Habría sido completada alrededor del año 200 d.C.
En 1971, un equipo arqueológico descubrió un túnel debajo de la pirámide, cuya entrada se encuentra cerca de la Avenida de los Muertos. Excavaron el relleno del túnel y descubrieron que terminaba en una cámara con forma de hoja de trébol que, tristemente, había sido saqueada en la antigüedad. Es probable que la cueva se usara para algún tipo de ritual.
Otro descubrimiento, anunciado a finales del año pasado, fue un pequeño tesoro de ofrendas que pueden datar de cuando comenzó la construcción de la pirámide. Entre los objetos encontrados había una máscara de serpiente verde que podría haber sido un retrato de una personalidad importante en la jerarquía del complejo.

Templo de la Serpiente Emplumada
Al sur de la Pirámide del Sol se encuentra el Templo de la Serpiente Emplumada, también conocido como «La Ciudadela», nombre que le dieron los conquistadores españoles. El punto focal de este monumento es una pirámide de seis escalones, más pequeña que los otros dos ejemplos de la Avenida de los Muertos. Dos conjuntos departamentales situados en las cercanías pueden haber sido habitados por las élites locales.
Se cree que la pirámide fue terminada en algún momento del siglo III d.C. Cortadas en bajo relieve en la estructura hay cabezas alternas que muestran a Quetzalcoatl, un dios serpiente emplumado, y un ser que parece ser Tláloc, un antiguo dios de la tormenta. Cerca de la pirámide se encuentran los entierros de unas 200 personas. Muchos de ellos eran jóvenes y las ofrendas de la tumba sugieren que eran guerreros, posiblemente de Teotihuacan.
El túnel de la serpiente emplumada, el secreto mejor guardado de las ruinas arqueológicas de Teotihuacan
En el Templo de la Serpiente Emplumada se ha dado uno de los hallazgos más importantes dentro de las ruinas arqueológicas de Teotihuacán: un túnel a 14 metros de profundidad en el que se han encontrado más de 100.000 objetos, y que finalizaba en una sala en la que había una enorme ofrenda, que se cree que pudo ser una tumba.
El túnel parece ser una representación del inframundo (el techo está cubierto de pirita, que brilla como el cielo en la noche) que se utilizaba para rituales de iniciación, de transmisión del poder entre los diferentes gobernantes, que resurgían de él como deidades.
No está abierto al público, pero tanto en el propio recinto de las ruinas arqueológicas de Teotihuacan como en el Museo Antropológico Nacional se puede ver una reconstrucción virtual del mismo.
El arte mural
Teotihuacán es conocida por sus coloridos murales pintados en paredes de yeso. Se pueden encontrar en los muchos complejos de apartamentos de la ciudad, así como en otros edificios identificados como palacios y templos. Entre los motivos que se pueden ver están las imágenes del dios de la tormenta, Tláloc, así como una deidad que los estudiosos llaman la «Gran Diosa», probablemente asociada con la fertilidad agrícola. Otros motivos incluyen pájaros, jaguares, coyotes, búhos y la serpiente emplumada.

¿Cómo llegar a las ruinas arqueológicas de Teotihuacan?
Puedes llegar a las ruinas arqueológicas de Teotihuacan desde Ciudad de México en autobús. Los autobuses que llevan al sitio arqueológico salen de la estación de Autobuses del Norte (a la que puedes acceder desde la Linea 5 de Metro).
Parten desde el andén 8 (según entras a la estación, a la izquierda) con una frecuencia de 15 minutos a lo largo de todo el día. El billete de ida y vuelta cuesta unos 104 pesos (4,80€) y el trayecto dura en torno a una hora.