Casi parece el título de una canción (o un estribillo empalagoso), pero lo cierto es que mucha gente quiere vivir viajando. Sobre todo después de unas vacaciones largas, o después de haber dejado un trabajo, digamos tedioso.
Conseguirlo no es tan sencillo. ¿Por qué? Pues porque trabajo y placer rara vez casan bien. Si a esto le sumamos los imperativos económicos y la falta de estabilidad en todos los sentidos que se sufre mientras se está de ruta, el resultado es un sueño coartado. Ahora bien, no es un imposible, como se puede ver a continuación. Solo hace falta desearlo lo suficiente como para sacrificar todo lo demás.
¿Se puede vivir viajando?
Lógicamente, se puede, siempre y cuando seamos capaces de conciliar nuestro estilo de vida nómada con alguna actividad productiva.
Ahora bien, hay dos casos principales bien diferenciados de profesionales que viven viajando. Unos sacan provecho del propio viaje, es decir, rentabilizan la experiencia. Por ejemplo, un blogger de viajes, o un fotógrafo freelance no adscrito a ningún medio de noticias. Por otro lado, tenemos el segundo caso, osea, la gente que puede permitirse el lujo de trabajar donde quiera de forma online, pero que no obtiene ningún dinero a partir de actividades relacionadas con su estilo de vida.

Luego tenemos a las personas que trabajan de forma esporádica en sus lugares de destino y van enlazando un territorio con otro, trabajando cuando les es necesario.
Por último, encontramos a la gente que debe viajar por trabajo, pero que en ningún caso tiene libertad para decidir las etapas de su viaje o la duración del mismo. Tales decisiones quedan en manos de la compañía que les ha contratado.
¿Cómo se puede vivir siendo un nómada?
No todo el mundo que vive viajando es escritor o fotógrafo. Contrariamente a lo que se piensa, cada vez son más los trabajadores asalariados o autónomos que no tienen una oficina física. De modo que, con un poco de planificación es posible abarcar grandes rutas que incluyan varios países mientras se atienden las responsabilidades del cargo.
Por ejemplo, se pueden utilizar los fines de semana para realizar las travesías más complejas y afincarse durante la semana en algún paraíso exótico intermedio que nos permita trabajar de manera estable y disfrutar de sus encantos al terminar la jornada. Se trata de la alternativa de vanguardia, y ya hay algunos portales en Internet que ofrecen alojamientos específicos para freelancers en sitios idílicos del mundo.
Eso sí, ya lo advertimos antes, el placer y el trabajo no se llevan bien (lo sabemos por experiencia). Supone un gran cambio cultural salir de un entorno de trabajo gris, que puede ser el propio domicilio y meterse en un marco más flexible.
Otro inconveniente muy habitual son las franjas horarias laborales. Vivir en el horario de China, por ejemplo, y trabajar en el horario de España puede requerir cambios en los hábitos de vida para llegar a tiempo con las reuniones y las horas de entrega.
Consejos para conseguirlo
Dejando de lado los contras, y otras alternativas habituales, como hacerse travel blogger o vender fotos de viajes en stocks, vamos a desglosar algunas opciones viables que pueden permitirnos generar ingresos mientras viajamos.
1. Promover un negocio online
Un negocio online, cómo un eCommerce, puede ser el punto de partida de una vida sin ataduras. En caso de tener uno y compatibilizarlo con otra actividad profesional, siempre cabe la posibilidad de derivar esfuerzos al negocio digital hasta que se pueda cortar por lo sano con el otro empleo y dedicarse a viajar (gestionando la tienda por el camino).
2. Solicitar un puesto de trabajo de remoto
Cambiar hacia un estilo de vida nómada no tiene porque supone un cisma con la vocación o el empleo actual. Muchas empresas están cambiando su modelo de contratación y cada vez son más los falsos autónomos que no trabajan en ninguna oficina corporativa, pero forman parte de una gran organización.
3. Crear un blog monetizable
Que puede ser de viajes, sí, pero cualquier otro topic que dominemos y que nos permita incluir publicidad contextual en sus diferentes formatos puede valer. Al fin y al cabo, el tráfico web, hoy en día, es sinónimo de dinero.
4. Convertirse en influencer
El influencing está de moda. Y como para influenciar, primero hay que generar interés, nada mejor que sorprender a nuestros seguidores con nuevas instantáneas en los sitios más curiosos del globo. A partir de un número determinado de interacciones es posible rentabilizar la popularidad (y mucho).
Por último, si de verdad queremos cumplir nuestro sueño de vivir viajando, lo mejor es no desviarse del objetivo marcado e ir dando pequeños pasos que nos acerquen poco a poco a la independencia laboral. De lo contrario, sin una fuente de ingresos estable, y desvinculada de un lugar determinado, será difícil prolongar la ruta demasiado tiempo. Pero bueno, mientras dure el dinero…