Viajar sin compañía puede parecer una forma un poco peligrosa de expandir horizontes, pero lo cierto es que muchas mujeres viajan solas sin poner en peligro en ningún momento su seguridad y, son mucho más independientes y seguras de sí mismas gracias a ello. No obstante, hay que reconocer que asumir que viajar sola siendo mujer es exactamente igual que hacerlo siendo hombre es una temeridad. Nos guste o no, existen todavía muchas culturas que no ven a la mujer como un igual y no ven la necesidad de respetarlas. Además, la mayoría de los hombres son físicamente más fuerte que las mujeres, lo que nos convierte en un objetivo más fácil de atacar porque en un enfrentamiento físico llevaríamos todas las de perder.
Pero no hay que asustarse: por desalentador que suene todo esto, el mundo está lleno de personas maravillosas, así que no dejes que el miedo te impida descubrir sola esos rincones del mundo con los que siempre has soñado. Regálate la oportunidad de descubrir nuevas culturas y aprender más sobre ti misma mientras viajas siguiendo estos diez consejos específicos para viajar sola con total seguridad siendo mujer.
1. Investiga tu ciudad de destino y planifica los desplazamientos si vas a viajar sola
Empecemos por lo básico: conocer y entender el lugar a donde quieres viajar es vital para planear qué hacer si algo sale mal. Siempre es una buena idea investigar por Internet en las webs de los organismos oficiales del país y los foros de viajeros que ya hayan estado en ese lugar para verificar si esa zona determinada es segura para mujeres y qué zonas, barrios, o bares no deberías frecuentar. Tampoco está de más investigar las estafas turísticas típicas de un destino en particular para estar prevenida y poder evitarlas.
Asegúrate de qué medios de transporte son los que existen en tu ciudad de destino y si son seguros para mujeres. En muchas grandes ciudades no es recomendable, por ejemplo, que una mujer viaje sola en el metro por la noche. Tampoco es seguro en muchos países el parar taxis por la calle, ya que en ocasiones no son legales. Localiza una compañía de taxis fiable antes de viajar para poder pedir uno cuando lo necesites.
2. Aprende la terminología básica del idioma local
No poder comunicarse es algo que pone a las mujeres viajeras en clara desventaja en muchas situaciones, por lo que cuando vas a viajar es muy importante conocer las palabras básicas en el idioma local. Con esto podrás comprar artículos de primera necesidad y realizar las gestiones del día a día sin problema y sabrás cómo pedir ayuda en caso de necesitarla. Además de ser útil para hacer frente a las actividades cotidianas, también puede ayudarte a evitar ser estafada. Generalmente, no tendrás problema hablando en Inglés en las grandes ciudades, pero en las zonas rurales de determinados países la cosa puede complicarse.
3. Localiza el número de las autoridades
Apunta en un papel el número de teléfono de los servicios de emergencias, el de la Policía y el de la Embajada o Consulado de tu país en tu ciudad de destino y guárdalo como oro en paño. Nunca sabes qué inconvenientes pueden surgir (robo de documentación y/o teléfono, accidente…) y siempre es mejor saber a dónde acudir de antemano que tener que ingeniártelas para contactar con las autoridades en medio de un ataque de pánico en un momento de necesidad.
***Bonus: Si en el país al que vas no se habla ningún idioma que domines, localiza por internet antes de viajar el número o correo electrónico de algún intérprete o traductor que hable tu lengua. Si te ves involucrada en problemas serios (Dios no lo quiera), me lo agradecerás.
4. Contacta con tus familiares o amigos con frecuencia
No hace falta que el contacto sea diario: no hay mejor forma de desconectar cuando viajas que olvidarte del teléfono. Pero, por razones de seguridad, si vas a ponerte en una situación menos segura de lo normal, comunícaselo a alguien de confianza. En general basta con que cada vez que llegues a un nuevo destino y estés sana y salva en tu alojamiento, escribas o llames a algún amigo o familiar para que sepan dónde te encuentras. También si vas a realizar algún desplazamiento nocturno o a hacer algún deporte de riesgo. Dales la dirección y número de teléfono del alojamiento y diles cuánto tiempo planeas quedarte. Si pasado un tiempo prudencial no tienen noticias tuyas, sabrán por dónde empezar a buscarte para poder localizarte y echarte un cable si tienes algún imprevisto, como perder el teléfono o la cartera.
5. Intenta no llevar muchas cosas de valor a la vista
Los turistas, y en especial las mujeres, son el blanco preferido de estafadores, ladrones y carteristas, así que lo mejor para evitar tener problemas con este tipo de gente es tratar de mimetizarse con el medio y no parecer un forastero. Si te paras en medio de una plaza a consultar el GPS o llevas tu cámara al cuello continuamente llamarás demasiado la atención. Lógicamente, no tienes que dejar de hacer fotos a los sitios de interés: parte de la gracia de viajar está en poder coleccionar recuerdos. Basta con que utilices tu cámara o teléfono el tiempo justo y necesario, y el resto del tiempo los guardes a buen recaudo.
6. Lleva siempre contigo una cartera ‘falsa’
Una de las peores cosas que pueden pasarte al viajar sola es quedarte sin dinero y documentación. Por ello, es recomendable llevar una riñonera interior bajo la ropa en la que guardar tus documentos personales y la mayor parte de tu dinero (ya sea efectivo o tarjetas). Adicionalmente, un buen truco es llevar siempre en tu bolso un viejo monedero con tarjetas de crédito caducadas y los billetes y monedas de menor valor que puedas utilizar para las compras pequeñas del día a día. ¿El motivo? Si tienes la mala suerte de ser asaltada y alguien te intenta robar, probablemente no aceptarán un «no tengo dinero» por respuesta. Con una cartera falsa tendrás algo que dar al hipotético atracador para contentarlo (y, consecuentemente, para protegerte de una respuesta violenta) en el tiempo que tardas en salir corriendo sin haber perdido tus objetos de valor reales.
7. Si intentan atracarte, no te resistas
En estrecha relación con los dos puntos anteriores está la cuestión de qué hacer si realmente te intentan atracar. Aunque no suele pasar a menudo, puede que aunque seas precavida tengas la mala fortuna de que te roben. En ese caso, lo importante es no perder los nervios y tener bien claras tus prioridades: ningún objeto material es más valioso que tu propia vida. En el momento puede parecerte un mundo si te roban el iPhone porque, aparte de su valor económico, creerás que no vas a poder acceder al resto de tus billetes que estaban en el correo, ni podrás contactar con familia y amigos o cancelar las tarjetas, etc. Pero, aunque te sientas tentada, no intentes resistirte porque la respuesta puede ser violenta y desproporcionada, y si les das lo que piden probablemente te dejen en paz.
No sabes qué armas pueden tener tus asaltantes, y podrían lesionarte o incluso matarte… Y no hay teléfono, cámara, ordenador, documentación ni cartera llena de dinero que merezca tanto la pena. Entrega a los atacantes lo que te pidan y sal corriendo de allí para refugiarte en un lugar seguro lo más rápido posible. Cuando llegues a tu alojamiento, o en un bar cercano, explica lo que te ha ocurrido y ponte en contacto con la Policía, tu Embajada (en caso de que necesites nueva documentación) o tu familia.
8. Ser simpática está permitido, ser desagradable es una obligación
¿Cuántas de las que estáis leyendo os habéis sentido incapaces de decir «no gracias», «prefiero estar sola» o «déjame en paz» a un extraño que se ha acercado buscando conversación cuando estás sola por miedo a parecer borde o maleducada? Parece una tontería, pero a veces el exceso de educación puede conducir a que no te dejen en paz a pesar de tus indirectas y respuestas escuetas tirando a cortantes para que note que su presencia no es bienvenida.
Cuando viajas sola, la seguridad es lo primero. Por ello, ignorar tu intuición y no ponerte en tu sitio solo para no parecer grosera podría ponerte en riesgo de agredida e incluso violada. Si un desconocido se pone a hablarte y no te da buena espina, a la mierda la educación: haz lo que tengas que hacer para salir de esa situación, incluyendo gritar, correr o montar una escena para llamar la atención si se niega a dejarte en paz. Lo peor que puede pasar es que te topes con una buena persona que no tenía malas intenciones y que piense que estás loca… Pero, por el contrario, si te sientes insegura y no reaccionas a tiempo, las consecuencias pueden ser fatales.
9. Si te silban o piropean por la calle, haz oídos sordos
A todas las mujeres nos ha pasado alguna vez: vas andando por la calle sin molestar a nadie, y de pronto un hombre (o un grupo de hombres) te empieza a silbar o a gritar cosas obscenas. Aunque es desagradable, por suerte la inmensa mayoría de las veces también es inofensivo, por lo que lo mejor es ignorarles. Pasa de largo rápido, no establezcas contacto visual, y sobre todo no respondas.
Dependiendo de en qué zona del mundo te encuentres, contestar de malos modos o enfadarte con ellos podría ponerte en un aprieto, especialmente si estás en un país menos desarrollado en el que las mujeres son ciudadanas de segunda. Por supuesto, si la cosa no queda en una mera llamada de atención sin gracia y empiezan a acosarte o perseguirte, asegúrate de ponerte a salvo ipso facto. Entrar en el comercio o cafetería más cercana, así como entablar conversación con otra persona, debería bastar para frenarles, dado que al dejar de estar sola ya no eres una víctima fácil.
10. Nunca bebas hasta perder el control si viajas sola
No tiene nada de malo salir de fiesta y tomarte un par de copas, pero jamás debes sobrepasar el límite de bebida que te haga estar «achispada». Emborracharte aumenta el riesgo porque te hace bajar la guardia y eso facilita que la gente pueda intentar aprovecharse de ti. Además, aunque no lo estés del todo, el mero hecho de parecer borracha te hace ver como una ‘víctima’ potencial mucho más accesible, y ello aumenta tu riesgo de entrar en problemas considerablemente.
Por ello, no bebas más de la cuenta en lugares desconocidos hasta que te hayas familiarizado un poco con el entorno: saber cómo son de fuertes las bebidas, cómo es la fiesta, si la gente con la que estás parece digna de confianza, dónde puedes ir o a quién acudir si te metes en problemas, o si es seguro volver a tu alojamiento andando o si por el contrario necesitas un taxi.