Todos los años, los usuarios de HomeAway eligen las Maravillas Rurales de España mediante sus votos. Este año, se han recibido un total de 12.700 que han sido los encargados de decidir cuáles son las 7 maravillas rurales de España del 2019.
¿Cuáles son las 7 maravillas rurales de España del 2019?
Son muchos los rincones mágicos de los que presume nuestro país cada día, ahora, todos los años se decide cuáles son los lugares más destacados. A continuación, enumeramos las 7 maravillas rurales de España del 2019.
Ceheguín, Murcia
Cehegín es un municipio situado en el corazón de la comarca del Noroeste. Ha sido el lugar elegido por diferentes culturas para ser morada de sus pobladores desde los tiempos más remotos. Su nacimiento se remonta a la prehistoria, destacando sus Pinturas Rupestres, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, también cuenta con la impronta de íberos, romanos, visigodos, árabes y cristianos.
En la localidad destaca además su Casco Antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982; su Mercado Artesanal «El Mesoncico»; y sus Rutas de Naturaleza en las que podrás descubrir sus parajes naturales.
Puebla de Sanabria, Zamora
Recorrer las calles de este precioso pueblo zamorano te transporta en el tiempo, ya que sus murallas y sus calles empedradas hacen que sus visitantes se sientan parte de la historia de esta ciudad fortificada. Y todo esto, a un paso del Parque Natural del Lago de Sanabria.
El castillo de Puebla de Sanabria es uno de los primeros destinos de todos los viajeros que visitan el lugar. Se construyó a mediados del siglo XV y se encuentra situado en un cerro en lo más alto de la villa, por lo que desde él podremos ver el río Tera y casi todo el pueblo.
Cantavieja, Teruel

Cantavieja, capital de la Comarca del Maestrazgo, es una villa declarada Conjunto Histórico Artístico en 1981 por su interés monumental arquitectónico y su rico pasado histórico.
Su antiguo casco urbano cuenta con una estructura medieval. Son sitios de paso obligados para el visitante la Plaza de Cristo Rey; la Iglesia de la Asunción, obra barroca de proporciones catedralicias; el mirador de El Portillo o los restos del castillo.
Si buscas la combinación perfecta entre monumentos, historia y naturaleza, tienes que visitar Cantavieja. En sus calles encontrarás un maravilloso patrimonio monumental y arquitectónico que fue testigo de las batallas entre los Templarios, San Juanistas y Carlistas. En sus alrededores existe un entorno natural privilegiado.
Zafra, Badajoz
Zafra, conocida como “Sevilla la Chica”, es una villa cargada de patrimonio que ha sido declarada conjunto histórico-artístico de interés nacional.
Perteneció a varias familias hasta su donación definitiva a los Suárez de Figueroa, en el siglo XIV, que rigió sus destinos primero como parte de su señorío y más tarde como perteneciente al condado y ducado de Feria.
Con sus famosas plazas Chica y Grande, ambas porticadas, esta localidad ha sido un centro artesanal, comercial y ganadero de gran influencia. Este perfil no lo ha perdido en nuestros días. Así lo demuestra la Feria Internacional Ganadera y Tradicional de San Miguel, iniciada en 1453, considerada una de las más importantes del mundo en su sector.
Estella, Navarra
A mitad de camino entre Pamplona y Logroño, en una zona de transición entre la Montaña y la Ribera, se encuentra Estella-Lizarra, ciudad monumental nacida al calor del Camino de Santiago.
En el siglo XV se la conocía como «Estella la bella» y en la actualidad sigue haciendo honor a este adagio. Es ciudad románica que atesora palacios, casas señoriales, iglesias, conventos, puentes y hermosos edificios que le han valido el sobrenombre de «la Toledo del norte».
La ciudad, de 13.000 habitantes, te sorprenderá por su variada gastronomía y por la animada actividad cultural y comercial; los jueves celebra su mercado semanal.
En tu paseo te cruzarás con peregrinos y visitantes ávidos de conocer las viejas calles de francos y judíos. Además, podrás comprobar que sigue siendo actual la frase que Aymeric Picaud dijo en el siglo XI: «Estella es ciudad de buen pan, excelente vino, mucha carne y pescado y toda clase de felicidad».
Tazones, Asturias
Este pequeño pueblo costero enamoró al emperador Carlos V en su primera visita a la península en el s.XVI
Tazones guarda la esencia de la aldea asturiana, pero en este caso de una aldea peculiar, con hórreos, pero abierta al mar, con aires de villa. Los recovecos de su fisonomía se parecen a los pliegues caprichosos de una red que descansa en el puerto y que ha atrapado a sus 300 habitantes.
Bárcena Mayor, Cantabria
Pueblo rústico en el corazón de la reserva del Saja. Se sitúa en un valle flanqueado por pequeñas colinas, con caserío concentrado, en forma rectangular, con dos calles principales y plazas.
Todas las casas son las típicas de la zona. La mayoría de ellas han sido construidas en época fernandina, con fachadas orientadas al Oriente, flanqueadas por cortavientos y de dos pisos.