A menudo relegada al puesto de «la puerta de entrada a Europa», Frankfurt tiene mucho más que ver que su concurrido Aeropuerto Internacional -el cuarto más grande del continente y en el que hacen escala la mayoría de los vuelos trasanlánticos con destino a Asia o América-. Con más de 900.000 habitantes, Frankfurt es una ciudad muy diversa: más de la mitad de la población no es alemana, y por ello la ciudad es un interesante crisol de culturas en el que se hablan más de 100 idiomas diferentes.
Con esto en mente, no es de extrañar que Frankfurt tenga muchas cosas buenas que ofrecer: espacios artísticos y culturales, actividades al aire libre, edificios históricos y mucho más. Aquí están todos los sitios que debes visitar si viajas a la ciudad.
Los 10 sitios que Frankfurt
Main-Hattan, el corazón financiero de la UE
El nombre completo de la ciudad es Frankfurt am Main, esto es, Fráncfort del Meno, ya que este es el río que discurre por el centro de la ciudad. Frankfurt no es solo la capital financiera de Alemania, sino también de la Unión Europea, ya que en ella se encuentra la sede del Banco Central Europeo.
Y, como toda ciudad financiera, está plagada de rascacielos que forman un impresionante skyline al borde del río Meno. Por este motivo, la ciudad se ha ganado el sobrenombre de «Main-hattan» en honor al barrio homólogo en Nueva York (Manhattan), cuyos edificios financieros también se despliegan a orillas del río Hudson.
La Main Tower
No hay mejor manera de ver Frankfurt que desde lo alto de la Torre del Meno, el único rascacielos de la ciudad abierto al público. Sube en el ascensor hasta la plataforma a 200 metros de altura para disfrutar de unas vistas impresionantes del horizonte de Frankfurt. Aquí podrá disfrutar de un cóctel y una comida en el Main Tower Restaurant & Lounge, situado en la última planta de la torre, y que ofrece una degustación de cocina internacional con vistas panorámicas.

Museumsufer
Agrupados a ambos lados del río Meno -la mayoría en la orilla izquierda- hay un grupo de 12 museos en un área conocida como Museumsufer (el Muelle de los Museos). El Museumsufer es una idea reciente, desarrollada en las décadas de 1980 y 1990. Algunos museos se ubicaron en casas señoriales ya existentes, mientras que otros fueron diseñados por arquitectos eminentes como O.M. Ungers y Richard Meier.
Hay museos de cine, arte, arquitectura, comunicación y etnografía, por nombrar algunos, pero independientemente de que quieras entrar o no, arquitectónicamente la zona merece un paseo por sí misma. En cualquier caso, a lo largo del artículo te recomendaremos los museos imprescindibles.
Si estás en Frankfurt el último fin de semana de agosto, puedes aprovechar que se celebra la Museumsiferfest. Durante este festival, los museos tienen un horario de apertura más tardío, pases múltiples, espectáculos de música y danza al aire libre y también se lleva a cabo una regata en el Meno.
La casa museo de Goethe
El polifacético escitor alemán Johann Wolfgang von Goethe nació en 1749 en la pintoresca casa del nº 23 de Großer Hirschgraben, una vivienda medieval reformada con fachada e interior rococó justo antes de la llegada de los padres de Goethe.
Goethe vivió aquí hasta la edad de 16 año, y regresó posteriormente tras pasar unos años en Leipzig y Estrasburgo estudiando. En ese tiempo escribió aquí una de sus obras más famosas: Las penas del joven Werther.
Después de ser dañada en la guerra, la casa ha sido restaurada a su aspecto original cuando Goethe vivía aquí. El interior está amueblado con objetos contemporáneos como un reloj astronómico que pertenecía a un amigo de la familia. Además, adosado a la casa hay un museo de arte romántico, apropiado para la tortuosa etapa Sturm und Drang del joven Goethe.
Römerberg
La plaza más pintoresca y céntrica de la ciudad está rodeada por casas medievales muy fotogénicas, una iglesia y varios edificios administrativos históricos.

El que llamará su atención es el Römer, en medio de un grupo de tres edificios con tejados a dos aguas que albergan el ayuntamiento de Frankfurt desde 1405.
El edificio contiguo, Goldener Schwan, también fue anexado, ya que el ayuntamiento decidió mudarse a casas que ya estaban en pie en lugar de construir una desde cero.
Enfrente del ayuntamientose encuentra la Fuente Renacentista de la Justicia, que data de 1543, y en el lado opuesto de la plaza se encuentra la Iglesia Vieja de San Nicolás, del siglo XV, que se encuentra en un estado increíblemente bueno ya que durante la guerra sobrevivió sin mayores daños.
La Catedral de Frankfurt
Cuando Alemania se unificó en el siglo XIX, la Catedral de Frankfurt adquirió un significado especial debido a su importancia histórica en los días del Sacro Imperio Romano Germánico.
La construcción de la catedral se empezó en los años 1300 y 1400 en estilo gótico, y ha sido fielmente reconstruida dos veces: una después de un incendio en 1867 y otra en los años 1950 después de la guerra.
Esta antigua colegiata recibió el título de catedral en 1562, cuando comenzó a albergar las ceremonias de coronación de los reyes del Sacro Imperio Romano Germánico. Diez reyes fueron coronados en este mismo lugar de 1562 a 1792, e incluso antes se celebraron las elecciones imperiales en la iglesia de 1356.
En el crucero sur de la nave se pueden admirar la sillería del coro del siglo XIV, el Altar Barroco de la Asunción y el fresco del siglo XV de la vida de María.
Eiserner Steg

El Eiserner Steg es un puente de hierro de Frankfurt que cruza el río Meno entre el centro de la ciudad y la zona de Sachsenhausen tiene 150 años de antigüedad. Ha sido reconstruida dos veces, la primera en 1912, cuando el Meno se hizo navegable para barcos más grandes, y de nuevo después de que los nazis lo volaran en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.
El armazón metálico del puente es elegante, y el mejor momento para cruzarlo es al final del día, cuando el sol bajo ilumina las torres de los rascacielos.
Y, por supuesto, el Eiserner Steg también ha caído en las redes de la moda de los candados de amor que se fijan a todas las superficies disponibles, lo que ha provocado que se convierta en uno de los puntos más románticos de la ciudad.
Sachenhausen, el lugar perfecto para probar la gastronomía típica de Frankfurt
Durante cientos de años, el distrito de Sachsenhausen fue un pueblo distinto del resto de Frankfurt, pero aún así se le concedió la protección del enorme anillo de murallas de la ciudad.
La fértil orilla izquierda del Meno se dedicó a la agricultura. Pronto los huertos de manzanas reemplazaron a los viñedos de otras ciudades -ya que la uva no resiste el frío de la zona-, y a partir del siglo XVIII los bares del barrio empezaron a servir la sidra típica de la zona. Pásate por un Apfelweinkneipe para probarla junto con el plato típico de la ciudad: la salsa verde.

Grüne Sauce (Salsa verde)
En países con una gastronomía tan rica como España puede sorprender que el plato típico de una ciudad sea una salsa, pero entre los lugareños es más famosa que las también típicas salchichas Frankfurt (que también debes probar, porque son completamente distintas a las que se venden con esa denominación en el resto de Europa)
No hay nada de elegante ni especial en la salsa verde, pero merece la pena probarla porque tiene un gran sabor. Se sirve acompañada de patatas cocidas y huevos duros, tiene una consistencia espesa y su tono verde se debe a las siete hierbas frescas que se utilizan para elaborarla: borraja, perifollo, berro, perejil, pimpinela, acedera y cebollino
Apfelwein
El maridaje perfecto para una porción de salsa verde es un vaso de Apfelwein, la sidra típica de Sauchenhuasen. Y, como las mejores bebidas tradicionales, Apfelwein tiene su propia parafernalia: se sirve en un Bembel, una jarra de cerámica con motivos azules, y se vierte en un Gerippte, un vaso tallado. En cuanto al sabor, es ácido y refrescante, perfecto para contrarrestar la cremosidad de la Grüne Sauce.
El museo de Historia Natural de Senckenberg
Si tienes un hijo pequeño que está pasando por la típica fase de amor por los dinosaurios, el Senckenberg (el segundo museo de historia natural más grande de Alemania) debe estar en vuestra agenda si visitáis Frankfurt.
Hay réplicas de dinosaurios a tamaño natural que dan la bienvenida a los visitantes en la entrada, y en su interior hay fósiles de un triceratops, iguanodon, t-rex, diplodocus, parasaurolophus y un psitacosaurio.
Pero, además, hay mucho más que ver aparte de los dinosaurios. El museo cuenta también con un enorme catálogo de especímenes animales que incluye un quagga, una especie de cebra extinta desde la década de 1880.
También puedes ver el esqueleto de Lucy, la antepasada humana más «vieja» de la tierra (3,2 millones de años de antigüedad, de la especie australopithecus afarensis).
Palmengarten
Inaugurado en 1871, el jardín botánico de Fráncfort abarca 22 hectáreas, donde se exponen especies vegetales de todas partes del mundo en invernaderos o al aire libre.
Los especímenes están organizados según su región: Un pabellón de cristal contiene un paisaje subártico, mientras que hay un tropicarium para el bosque tropical y dos estructuras separadas para el ambiente desértico.
Algunos de ellos son de la década de 1980, mientras que otros se remontan al siglo XIX y fueron restaurados después de que el parque volviera a estar en manos de la ciudad en la década de 1960. En este jardín botánico se realizan importantes exposiciones y actuaciones, como el histórico Festsaal, o el Jazz im Palmengarten, el festival de jazz al aire libre más antiguo del mundo que se remonta a 1959.