El flamenco es un género musical que mezcla cante, baile, música (guitarra) y ritmo (cajón y palmas) para crear melodías cargadas de sentimiento y belleza que les otorgan un aura cuasi mágica. Este estilo musical, cuya creación se asocia a la etnia gitana de Andalucía, ha cautivado a gente de todo el mundo, pero en ningún ha calado tanto como en Japón -a excepción de España, claro está-. Pero ¿cuál es el motivo de esta peculiar historia de amor entre dos culturas a priori tan distintas? En este artículo te explicamos por qué gusta tanto el flamenco en Japón.
El flamenco en Japón: una vía de escape y desarrollo personal
Los japoneses son conocidos por amar profundamente el flamenco, tanto que Japón es llamada la segunda madre del flamenco. Desde 1984, existe una revista de flamenco en Japón, especializada en este estilo de música, la revista Paseo, y se estima que en Japón hay unos 80.000 estudiantes y más de 650 academias donde se puede estudiar flamenco.
El gran éxito del flamenco en este país se debe en gran parte a que los japoneses tienen una visión de la vida y de los individuos en la que el autodesarrollo a través de cualquier acción que implique un crecimiento personal, ya sea artístico, académico o cultural, es absolutamente necesario. Los japoneses son una nación que sabe apreciar la belleza del arte, y la atractiva estética del flamenco no se ha escapado de su radar.
La liberación a través del flamenco en Japón
Sin embargo, el flamenco en Japón no es una opción más, sino que, a diferencia de otras posibilidades para el autodesarrollo, es pura pasión y emoción. Esto, sin duda, llama la atención en cualquier parte del mundo, con el añadido de que en Japón, debido a las estrictas normas sociales y de comportamiento, la manifestación de la emoción y el sentimiento queda completamente anulada, y es precisamente aquí donde se puede ver la fuerza y la grandeza de este arte.

La cultura japonesa es conocida en todo el mundo por su sobriedad, su respetuosa educación y su recato. A diferencia de las poblaciones latinas, más cálidas y ruidosas, y de la frialdad e indiferencia de los nórdicos, los japoneses son agradables, pero prudentes y discretos. Se les educa para tener una mentalidad de grupo, para evitar mostrar o parecer diferentes, y sobre todo, nunca mostrar sus sentimientos en público. A través del flamenco, por tanto, los japoneses han encontrado una forma de conseguir finalmente la libertad de expresar sus sentimientos
La similitud con la música japonesa
Otra de las razones del éxito del flamenco en Japón es que, aunque cueste creerlo, es una música similar a la música tradicional nipona. El flamenco tiene el mismo compás que la música tradicional japonesa, y también los cantantes comparten las voces roncas, por lo que les resulta un sonido de lo más familiar y son capaces de apreciarlo.
Un mundo de mujeres
En cuanto a la preponderancia de las mujeres entre los seguidores del flamenco japonés, parece ser que esto se debe a que la mayoría de los hombres se dedican a los deportes, siendo las mujeres las que más se dedican a las actividades artísticas, concretamente en el campo de la danza.
Pero las mujeres japonesas no sólo bailan, sino que también disfrutan asistiendo regularmente a espectáculos de flamenco. Además de ser el centro de atención al interpretar el arte en sí mismo: ellas constituyen el 80% de la audiencia.
Mientras que los hombres fueron educados para estar bajo presión social y luchar por el éxito, a las mujeres se les enseñó a mantenerse siempre encerradas para hacer las tareas domésticas y criar a sus hijos. Eso les facilitaba dedicar tiempo a sí mismas, y a estar en contacto con sus sentimientos (aunque no pudieran expresarlos), lo que les ha facilitado la apreciación de este tipo de arte.