Málaga estrena nuevo puente colgante: el llamado ‘Caminito del Rey de la Axarquía’ fue inaugurado oficialmente por la Diputación Provincial el pasado octubre, y el punto culminante del renovado sendero de El Saltillo es el nuevo puente suspendido a cincuenta metros de altura. Este puente, además, es uno de los tres puentes colgantes más largos de España, y conecta los dos lados de un desfiladero sobre el río Almachenes.
Málaga estrena nuevo puente colgante en Canillas de Aceituno, un pueblo de la Axarquía
El camino en el que se ha inaugurado este nuevo puente discurre por un desfiladero entre los municipios de Canillas de Aceituno y Sedella, y es la última parte del círculo de rutas de senderismo de la Gran Senda de la provincia. El gobierno provincial invirtió alrededor de 600.000 euros en el proyecto, que el presidente de la autoridad, Francisco Salado, ha calificado de «nuevo gran atractivo» para la zona.
Salado, junto con el portavoz del gobierno regional, Elías Bendodo, confían que este proyecto «activará» el turismo verde en el interior de la zona y destacó que 400 empresas locales están involucradas en el proyecto. El día de la inauguración, el alcalde de Canillas de Aceituno, Vicente Campos, dijo que era un día importante para el pueblo y que es un claro ejemplo de que la Diputación apoya a los pueblos pequeños y al turismo de interior.

La ruta, de libre uso, se construyó sobre un camino ya existente, pero se han realizado importantes mejoras para aumentar la seguridad y la facilidad de uso de las pasarelas, algunas de las cuales se encuentran a 100 metros de altura.
«El Saltillo», un sendero que corta la respiración
El verdadero nombre de este sendero es El Saltillo y comienza en la plaza central de Canillas de Aceituno y recorre ocho kilómetros (ida y vuelta), ofreciendo espectaculares vistas del río Almanchares. El punto culminante de la ruta es el nuevo puente colgante, de madera y acero, que con 50 metros se encuentra entre los tres más largos de España. Pero, además de este, la ruta cuenta con otros puntos de interés.
El camino es muy frecuentado tanto por turistas como por lugareños, y sigue la ruta natural y artificial del agua desde las montañas hasta la ciudad. La ruta recorre barrancos escarpados y caminos estrechos en una caminata en línea de dificultad baja a media. Lo más llamativo de este sendero y donde reside el peso de su dificultad es la altura: a pesar de que el camino es llano y no tiene grandes pendientes, las pasarelas se encuentran a mucha altitud, por lo que no son recomendables para todos aquellos que temen a las alturas. Pero, siempre y cuando se cuide el paso y el equilibrio, el peligro es mínimo.
En concreto, en el tramo final de la ruta existen unas pasarelas estrechas que cuelgan de la pared de la roca (y que recuerdan a las del ya mencionado Caminito del Rey) que requieren sujetarse del cable instalado en la pared para poder atravesarlas, ofreciendo a los paseantes una experiencia excitante y tremendamente gratificante.
Tras recorrer los primeros cuatro kilómetros de la ruta, como recompensa encuentras gargantas y cascadas que quitan la respiración con su belleza, y una zona de picnic en la que puedes descansar. A la vuelta, tras finalizar el paseo lo ideal es quedarse en el pueblo a descansar los pies mientras tomas unas tapas y una caña como premio por el esfuerzo realizado.