¿Has oído hablar alguna vez de Bonneville Salt Flats? Se trata de un lugar muy especial que se encuentra situado en la frontera entre Utah y Nevada. ¿Te imaginas poder andar sobre un desierto que en vez de arena está compuesto de sal? Puedes hacerlo en este rincón del planeta que, aunque a día de hoy es muy desconocido, poco a poco está ganando popularidad gracias a su belleza y a las sensaciones que produce
Bonneville Salt Flats
Bonneville Salt Flats se encuentra al oeste del Salt Lake, posee una longitud que supera los 250 kilómetros y su entorno es muy particular. Como su propio nombre indica, está formado por capas de sal muy gruesas que llegan a hacer creer a todos aquellos que sean testigos del lugar que se trata de un lago congelado cubierto de nieve. Debido a su composición, en él no crece vegetación. De este modo, las vistas son aún más impresionantes.
Se trata de un paisaje llano y, al fondo, se pueden ver pequeñas colinas y montañas bajas como si de elementos decorativos se tratasen.
En los días de calor, las altas temperaturas se apoderan del lugar y, junto con la composición del suelo, se crean espejismos que realmente llegan a confundir a los turistas. De esta forma, algunos han llegado a imaginar que el paisaje, lejos de estar formado por sal, está hecho de agua.
Mirador
Cerca de esta zona existe un mirador en el que las personas pueden tomarse un respiro, pues acoge un área de descanso en el que poder recobrar energías tras un intenso viaje. Desde aquí no seremos capaces de ver el límite del desierto, como si delante del océano nos encontrásemos. No importa los esfuerzos que realicemos, ya que suelo y cielo se unen en un paisaje que da la impresión de ser infinito.
Durante la parada, es posible acercarse al desierto. Es más, esta zona está preparada para que la visita sea lo más cómoda posible para cualquier turista. De este modo, a la vuelta se puede hacer uso de una fuente con la que limpiar los zapatos, que se habrán cubierto de esta sal.
Formación
Las salinas se crearon cuando el antiguo lago Bonneville, el cual presumía de tener el agua salada, se secó. De este modo, a medida que el líquido se evaporaba, quedaron depósitos de sal en muchas áreas. Estas pueden verse desde multitud de carreteras, pero es cierto que son muchas las zonas en las que no existe ningún tipo de servicio. Por ello, es importante organizar bien el viaje antes de comenzarlo, con el fin de disfrutarlo y sacar de él el máximo partido.
Asimismo, quienes visiten Bonneville Salt Flats deben tener claro que es muy frágil y que hay que tener el máximo respeto por el lugar. Así, hay que tener mucho cuidado por dónde se circula y por dónde se pisa, pues podríamos provocar daños irreversibles cuando el ambiente es único.

Tal es su extensión, que hasta el ejército, en áreas valladas y señalizadas para que nadie pueda entrar en ellas, realiza numerosas pruebas, por ejemplo, de tiro, para perfeccionar su técnica y desarrollar todos los recursos que tiene a su disposición.
Historia
Aunque a día de hoy nos parezca imposible, en Bonneville Salt Flats han vivido amplias poblaciones desde hace más de 10.000, años según han demostrado las huellas que se han obtenido a partir de numerosas excavaciones. Asimismo, mientras que los nativos americanos se acomodaron a las características del lugar, aquellos que llegaron después no encontraron un área con condiciones cómodas para vivir.
Fue en 1824 cuando Jim Bridger y su equipo exploraron la región desértica del Salt Lake. Por otro lado, el capitán John C. Fremont, con los exploradores Kit Carson y Joe Walker, lograron cruzar el desierto en 1845.
El lago Bonneville
Cabe destacar que este lugar debe su nombre al capitán Bonneville. Aunque nunca visitó las salinas, sus expediciones dejaron constancia de que esta zona formaba parte de una antigua cuenca. Igualmente, se descubrió que en la Edad de Hielo este lago tenía el mismo tamaño que el de Michigan, es decir, un tercio de Utah.
Un dato curioso es que, en invierno, una capa de agua poco profunda, que se encuentra estancada, sale a la superficie y la inunda, pero en primavera y en verano este líquido se evapora de forma lenta. Mientras tanto, el viento alisa la superficie ofreciendo una imagen de pura armonía.
Por otro lado, tras varios análisis se ha llegado a la conclusión de que la superficie de este desierto contiene potasio, magnesio, litio y cloruro de sodio, es decir, puede compararse con la sal común de mesa.
Otros datos de interés
Bajo la sal, podemos encontrar barro blanco, que podría dejar atascado a cualquier coche que intente hacer una ruta no señalizada sobre esta superficie. Asimismo, cuando las salinas están cubiertas de agua está prohibido acercarse al lugar con un vehículo con el fin de evitar cualquier tipo de accidente.
Los turistas deben hacer frente a las condiciones que caracterizan el desierto, puesto que las temperaturas son extremas. También lo son en invierno.