Las redes sociales se han convertido en el medio de comunicación de masas por excelencia, y como tales han sido capaces de sacar del anonimato y llevar al estrellato a joyas desconocidas de diversos campos: cantantes, modelos, escritores, actores… Y, este año, también ha logrado hacer saltar a la fama a un pequeño y tranquilo pueblo de Eslovenia. Esta idílica localidad que apenas cuenta con 5.000 habitantes, Bled, acumula casi 400.000 fotos compartidas en Instagram y está considerado por los usuarios como el pueblo más bonito del mundo. Y no hay más que introducir el hashtag #Bled en el buscador para entender de este espectacular paisaje que parece sacado de un cuento, ya sea nevado, rodeado de niebla, o como telón de fondo para peticiones de mano en primavera.
El fotogénico pueblo se encuentra a unos 50 kilómetros de Liubliana, la capital eslovena, y cuenta con un hermoso lago glacial con un un islote en el centro que hace las delicias de todos los instagramers del mundo, aunque no es de fácil acceso. Las mejores panorámicas del lago y del diminuto pueblecito que alberga en su interior -al que solo se puede acceder por barco, y que cuenta únicamente con dos casitas y una iglesia- se obtienen desde el cercano castillo de Bled, desde donde se toman la mayoría de las fotografías que se comparte en la red. Algunos Instagramers, sin embargo, prefieren llevarse su propio dron para poder lograr el ángulo perfecto desde arriba.
Qué hacer en Bled
Además de su innegable encanto visual, Bled cuenta con un imponente entorno natural a su alrededor que te permitirá hacer un montón de actividades: senderismo, escalada, o excursiones en kayak. Esta última puede ser especialmente interesante, ya que te permite cruzar el lago y llegar al islote por tu cuenta. Otros puntos interesantes para visitar en los alrededores son el Parque Nacional de Tiglav -uno de los más antiguos de Europa y que alberga el ya mencionado Castillo de Bled- y las Gargantas de Vintgar, un desfiladero en plena montaña y a pocos kilómetros del lago rodeado de gargantas naturales y pozas espectaculares que te dejarán sin aliento.
Finalmente, no puedes dejar de probar la segunda cosa más fotografiada en este destino después del lago: el Bled Cream Cake, pastel de hojaldre y crema -similar a un milhojas- típico de la zona.
Cómo llegar y dónde alojarse
Lo que hace que Bled sea un lugar tan especial, además del telón de fondo incomparable de los Alpes, es lo apartado que está de la civilización. Pero por este mismo motivo, puede resultar un poco complicado llegar hasta allí. Hay dos estaciones de tren (Lesce-Bled y Bled Jezero) que tiene enlaces a numerosas ciudades europeas. No en vano, la mayoría de sus visitantes son jóvenes que realizan un interrail. En cambio, para llegar a Bled en avión desde destinos más lejanos hay que alquilar un coche en el aeropuerto más cercano (El aeropuerto internacional de Lubliana) y recorrer una distancia de unos 40 kilómetros. En cuanto al alojamiento, existen diferentes opciones: zonas de acampada en plena naturaleza, hostales por 30-40€ la noche en el casco urbano del pueblo o habitaciones de alquiler a la orilla del lago en AirBnB a unos veinte euros por cabeza.