Recorrido por Mont Saint Michel, una isla de cuento en Francia

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A pesar de ser uno de los monumentos más visitados de Francia, el Mont Saint Michel sigue siendo un misterio para los turistas de fuera del país, pero sin lugar a dudas merece la pena visitarlo. Tal y como su propio nombre indica, el Mont Saint Michel es un monte amurallado coronado por una impresionante abadía. Esta isla de fantasía se encuentra en una gran bahía frente a la costa atlántica entre las regiones de Normandía y Bretaña, en el noroeste de Francia y está unida a la tierra por una pasarela que se cubre o no de agua en función de las mareas. Lo que empezó siendo una iglesia en honor a San Miguel sobre el Monte Tombe en el año 708, con el paso de los años se ha convertido en uno de los enclaves turísticos más famosos de Europa desde que fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1979.

¿Qué ver en el Mont Saint Michel?

La visita al Mont Saint Michel empieza antes de llegar a la isla propiamente dicha cruzando la pasarela. En la zona de bienvenida previa a la pasarela que hay que cruzar para llegar a la abadía (conocida como «Beauvoir» o «La Caserne», se encuentran todas las infraestructuras prácticas para la visita: parking, alojamientos –varios hoteles y un camping-, zona comercial y restaurantes y el centro de información turística, que cuenta con consigna gratuita y guardería canina para aquellos que necesiten dejar sus pertenencias o mascotas antes de comenzar la excursión.

La pasarela

La única forma de acceder al Mont Saint-Michel es cruzando la pasarela que une la isla con la tierra firme. Se puede cruzar a pie (el paseo dura una media hora), en los autobuses-lanzadera que hacen el recorrido de ida y vuelta varias veces al día o en los coches de caballos habilitados a tal fin. En cualquier caso, para poder cruzar es necesario hacerlo cuando la marea está baja, ya que al subir cubre la pasarela por completo imposibilitando el acceso a la abadía. Se pueden consultar los horarios en la web oficial del monumento.

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La abadía de Saint Michel

La iglesia de la Abadía, construida en la cima del monte, se asienta sobre una plataforma de 80 metros de largo, que consta de cuatro criptas construidas en la roca. Esta edificación alberga maravillas arquitectónicas construidas en estilos carolingio, románico y gótico. En este sentido se considera como una «megaestructura» en la que se superponen diferentes edificaciones necesarias para las actividades de un monasterio benedictino en un espacio muy reducido.

La historia de cómo el Mont Saint-Michel se convirtió en un gran lugar de peregrinación cristiana nace, como todas las de este tipo, con una leyenda. Según la misma, el Arcángel Miguel (que representa la lucha entre el bien y el mal), se apareció a Aubert, el obispo de la cercana ciudad de Avranches, en 708, y lo obligó a construir una iglesia en la cima del monte situado en la isla. Durante cientos de años, hombres, mujeres y niños viajaban hacia el Monte con la esperanza de que el Arcángel les otorgara la salvación eterna. Debido al complicado acceso, siempre dependiente de los caprichos de la naturaleza y las mareas, esta ruta comenzó a conocerse como el “camino al paraíso”.

En el siglo X los duques de Normandía impulsaron el desarrollo de una importante abadía benedictina en el Mont Saint Michel y el lugar fue creciendo cada vez más. A lo largo de toda la edad media se fueron añadiendo magníficos edificios monásticos que se han ido transformando a través de los siglos tras varios incendios, derrumbes, reconstrucciones y cambios de uso. Además de iglesia, la abadía ha funcionado también como fortaleza y como cárcel durante tiempos de la Revolución, llegando a conocerse como “La Bastilla del Mar”.

Otros puntos de interés en Mont Saint Michel

Las murallas en la base de la isla fueron construidas para mantener alejadas a las fuerzas inglesas durante la Guerra de los Cien Años. Durante este tiempo se fueron añadiendo otros edificios a lo largo de la empinada calle del pueblo, ahora convertidos hoteles, restaurantes y tiendas para los turistas. Además de la abadía, en Mont Saint Michel hay otros puntos de interés histórico que son dignos de visitar:

  • El Museo del mar y la ecología
  • El Museo de historia
  • El «Archeoscope», un centro en el que se proyecta un documental con hologramas y efectos especiales sobre la historia de la abadía y su evolución a lo largo del tiempo
  • El Museo “Logis Tiphaine”, hogar del comandante de los ejércitos franceses Bertrand du Guesclin y de su esposa Tiphaine de Raguenel, famosa astróloga. Se pueden encontrar objetos de la época pertenecientes a la familia y una gran colección de astrología.
  • El espectáculo de las mareas
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Cómo llegar

Se puede acceder al Mont Saint Michel tanto en coche como en transporte público. No se puede entrar con el vehículo hasta la abadía en sí, pero se puede aparcar en el parking de acceso al recinto que cuesta 11.70 € por 24 horas. También existe la opción de acceder mediante tours de empresas privadas que ofrecen excursiones de un día directamente desde París, pero para una excursión más económica, tome un tren desde París y transfiera de una selección de estaciones a la ciudad de Mont Saint-Michel.

Cuándo visitarlo

El Mont Saint Michel está abierto al público durante todo el año, pero dado que el acceso al islote de la abadía depende de las mareas es necesario consultar el calendario y el horario de las mismas para poder planificar la visita conforme a ellas. Por lo demás, las mejores épocas para visitarlo son el otoño y la primavera, cuando el clima es suave y agradable como para disfrutar del espectáculo sin las aglomeraciones propias de la temporada alta veraniega.

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