Peñíscola merece una visita, o dos, a lo largo de una vida. Este municipio de Castellón desvela sus secretos poco a poco, y aglutina visitas épicas, así como otras de corte civil, en su término de influencia. La urbe está levantada sobre un tómbolo, que es una península rocosa unida a la tierra por una estrecha franja de arena. Otrora, esta línea quedaba tapada por el mar algunas veces, convirtiendo a la península en una isla. Eso ya no pasa, pero da buena cuenta de un particular que ha definido la evolución del pueblo, y de sus gentes.
Visitas obligadas en Peñíscola
Este núcleo de influencia durante siglos tiene muchos puntos de interés. En este primer apartado nos centraremos en los lugares más destacados que visitar; luego hablaremos sobre algunos planes interesantes que pueden realizarse durante la estancia allí.
El Castillo del Papa Luna

El castillo de la ciudad, que según algunos es “de Peñíscola” y para otros es “del Papa Luna”, supone una de las visitas obligadas que no debes perderte. Se encuentra ubicado en lo alto del peñón. Desde su posición de referencia domina la ciudad, alzándose hasta los 64 metros; constituye una imagen imponente que da pie al casco antiguo.
Su construcción estuvo en manos de los Templarios. La obra se acometió sobre los restos de una alcazaba árabe, aunque después fue convertido en sede pontificia durante el papado de Benedicto XIII —Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, lo que explica el apodo del castillo.
Jardines del Castillo de Peñíscola
Si el castillo ya justifica la escalada, sus Jardines son un complemento que completa la oferta hasta tornarla indispensable. A pesar de que sus dimensiones son pequeñas, el conjunto goza de gran belleza, y brinda una vistas sin competencia. En ciertas ocasiones, es posible contemplar exhibiciones de aves en el recinto.
Murallas y Puertas de la ciudad antigua
Durante el siglo XVI, la ciudad continuó fortificándose, prueba de ello son las murallas erigidas durante esta época con una finalidad defensiva. Se proyectaron tres accesos principales, o puertas, que se conservan en la actualidad: el Portal de San Pedro (o del Papa Luna), el Portal Fosc, y la puerta de Santa María, más moderna que las anteriores, concretamente del siglo XVIII.
La Casa de las Conchas

Otro de los hitos destacados, es la Casa de las Conchas. Aunque su origen no es, ni muchísimo menos, centenario, la hermosura del lugar le ha valido una posición en esta lista. Esta extravagante construcción corrió a cargo de una familia local que decidió aprovechar el boom turístico iniciado en los 50, y que tuvo su mayor progresión en los 60, década en la que algunos miembros de la citada familia se ganaban la vida ejerciendo como guías turísticos.
Como puedes suponer, el sobrenombre “de las Conchas” se le atribuyó a la Casa debido a la gran cantidad de conchas marinas que decoran su fachada.
Las Playas de Peñíscola
No se puede ir a Peñíscola y perderse sus playas, sin duda, otro de los grandes atractivos de la localidad. En total, son 16 las playas y calas integradas en el término municipal, algunas de ellas remotas y tranquilas, y otras marcadas por la urbanidad.
Por ejemplo, la Cala de l’Aljub es una de las más idílicas, al igual que la Cala del Moro. En cuanto a las playas, las más destacadas son la Playa del Russo, la Playa del Norte y la de Irta.
El faro de Peñíscola
Desde luego, no se puede decir que el faro de la localidad sea uno de los más altos de España. Con sus 11 metros, apenas levanta los pies del suelo, sin embargo, su planta octogonal y su ubicación de excelencia en el caso antiguo, hacen de él otra visita obligada.
Casco antiguo
Su fama se extiende, hoy, por toda España, pero en los albores de su civilización, el casco antiguo de Peñíscola destacaba como uno de los más bonitos de toda la provincia de Castellón. Perderse entre las callejuelas del centro es la mejor manera de disfrutarlo. Numerosos bares y restaurantes aparecen a lo largo de la caminata; elige uno y dedícate a la contemplación, o realiza algunas compras de productos autóctonos.
El Bufador

Tampoco te puedes perder este curioso lugar. En realidad, se trata, simplemente, de un túnel natural que une una parte de la ciudad con el mar. Al acercarte podrás escuchar, como nunca antes, el sonido del agua. Ciertos días, este es tan potente que te dejará con la boca abierta. Cabe señalar que el espectáculo no es solo auditivo, sino visual, ya que el mar rompe con fuerza creando un efecto de expulsión alucinante.
Marjal de Peñíscola
Finalmente, esta laguna de pequeñas dimensiones, aledaña a las fronteras del pueblo, es otro atractivo turístico. Está circundada por campos de siembra, y separada del mar por un litoral donde se han establecido casas y urbanizaciones.
Gracias al activismo ecológico, la fiebre del turismo residencial no ha acabado por completo con su encanto, y tras varias batallas, los manantiales y las acequias de la zona vuelven a lucir limpias como antes.
Qué se puede hacer en Peñíscola
Igualmente, la lista de planes en Peñíscola no tiene fin. Por ello, hemos seleccionado algunos de los planes más recomendables, ya sea para disfrutar en familia o por tu cuenta. ¿Empezamos?
Parque Natural de la Sierra de Irta
Dejando de lado la ciudad, pero sin perderla de vista, la Sierra de Irta es el lugar perfecto para sacudirse el bullicio urbano. Dos filos discurren paralelos a la costa, separados por el valle de Estopet, creando a lo largo de su orografía algunas calas de ensueño.
Subir en la golondrina

Si te acercas hasta el puerto podrás tomar este famoso barco que realiza un recorrido por mar para mostrar algunos de los atractivos de la ciudad desde otra perspectiva. Las vistas del Castillo son especialmente hermosas.
Localizaciones de cine
Aquí se han rodado películas tanto de la era dorada de Hollywood (El Cid Campeador, con Sofia Loren y Charlton Heston) como producciones posteriores, como Juego de Tronos. También, obras españolas (El Chiringuito de Pepe). Lo mejor, para ver todas las localizaciones, es dar una vuelta a pie por la ciudad; irán apareciendo carteles indicando las películas o series en las que aparecieron.
Mercados medievales
Con un poco de antelación es posible visitar la ciudad en pleno apogeo. Y qué mejor manera de ver una ciudad de antes que bajo la influencia de un mercadillo medieval. En Peñíscola se celebran varios, siendo el más famosos el que tiene lugar en junio, y que conmemora la ciudad Papal y a San Juan. En la temporada invernal también hay otro, que tiene lugar el último mes del año y aporta tintes navideños. Durante la celebración de este tipo de eventos, la ciudad de viste del medievo, aparecen las banderas y los penachos; las recreaciones templarias, los oficios, y las muestras de artes propias de la época son parte del atractivo histórico.
Pues hasta aquí llegó nuestra lista de lugares que ver en Peñíscola, y cosas que hacer en la localidad. No cabe duda de que la urbe es uno de los pueblos más bonitos de nuestros país; ¡escápate un fin de semana y compruébalo!