¿Piensas visitar Serbia? ¿Te preguntas qué ver en Belgrado? Ha sido una ciudad construida y reconstruida en varias ocasiones y, aún así, la capital de Serbia ha sabido reinventarse y ofrecer lo mejor de sí misma a turistas y ciudadanos. Si hay un aspecto que destaca en este lugar es su vida nocturna y cultural. Por este motivo, se ha puesto de moda tanto para jóvenes como para noctámbulos. A lo largo de este reportaje explicaremos paso por paso qué ver en Belgrado y qué hacer en esta preciosa ciudad.
Curiosidades de la ciudad de Belgrado
Para empezar a conocer Belgrado, lo más recomendable es hacer un balance histórico que la ha convertido en lo que hoy es. De este modo, miraremos con otros ojos sus calles, sus monumentos y, en definitiva, el conjunto del corazón de Serbia.
Datos históricos de Belgrado
En la capital de Serbia residen 1,7 millones de personas y es considerada la tercera más grande del suroeste de Europa, después de Estambul y Atenas.
Se trata de una ciudad que día a día trata de olvidar los momentos más oscuros de su pasado, como la Guerra de los Balcanes. Así, su objetivo es construir un futuro en el que pertenecer a la Unión Europea.
Conquistada y reconquistada más de ochenta veces, ha llegado a ser destruida en casi cuarenta ocasiones a lo largo de sus 2.300 años de historia. Conocida como «la ciudad blanca», al recorrer sus calles aún se siente la esencia de la antigua Yugoslavia y, también, el estilo soviético.

Turismo
Belgrado es una ciudad relativamente grande, pero, aún así, ofrece a los turistas una sensación de cercanía, ya que, todos los lugares de interés se encuentran en el centro histórico. Este se puede recorrer tanto a pie como en bicicleta.
Es el destino ideal si queremos ser testigos de la historia. En él se puede disfrutar de buena gastronomía y de buen ambiente, sin agobiarnos con avalanchas de turistas.
Otras curiosidades
Hay mucha presencia de la cultura griega. Es típico encontrar comida griega o, por ejemplo, bancos helenos.
Puede decirse que comer en esta ciudad es barato -se puede comer bien por cinco euros-, al igual que los viajes en taxi.
Las indicaciones, normalmente, están escritas en cirílico, rara vez encontraremos en ella el alfabeto latino.
Qué ver en Belgrado
Belgrado es una ciudad que no se puede comparar con otras. El color gris de sus edificios y las caóticas avenidas nos trasladan a la época comunista. Muchas de sus calles están adornadas por los raíles que comparten los trolebuses y los tranvías. Por ello, visitar el centro de Serbia nos trasladará a un mundo diferente que rara vez nos recordará a otros destinos que hayamos visitado antes.
Calle Skadarlija

La calle Skadarlija es una zona que regala color a la ciudad. Se trata de la espina dorsal del barrio bohemio de Belgrado. Es peatonal y una de las más singulares del lugar. Está adornada con grandes adoquines; altas y estrechas fachadas de colores pastel; y restaurantes con terrazas llenas de flores. En esta zona podrás probar la gastronomía Serbia con música en directo.
Barrio Zenum
El Barrio Zenum está situado al norte y alejado del resto de la ciudad. Es una de las zonas con mayor color y encanto de Belgrado. Se caracteriza por una sucesión de casas con tejados puntiagudos y balcones de flores. Bañado por el Danubio, a lo largo del río se encuentran decenas de restaurantes con terraza adornados con todo lujo de detalles.
Unión del río Danubio y del río Sava

La ciudad se encuentra construida a lo largo de las dos orillas, que están conectadas por varios puentes regalando al lugar una belleza especial. Destaca ante todo la singularidad de la convergencia del caudaloso Danubio que llega a Belgrado desde el centro de Europa hasta encontrarse con su afluente Sava.
Esta unión se puede observar tanto desde Belgrado como desde el distrito de Nuevo Belgrado. Las vistas más recomendables son desde el parque Kalemegdan y desde la antigua fortaleza de la ciudad.
Catedral de San Sava

Tiene 82 metros de altura. Es la catedral ortodoxa más alta de Europa y una de las más grandes del mundo. Se trata de uno de los símbolos de la ciudad.
Es recomendable visitarla tanto de día como de noche, ya que iluminada tiene un encanto muy especial.
Plaza de la República
Es el centro neurálgico de la ciudad. En él se encuentran los edificios más importantes y representativos de Belgrado.
En este lugar, nos podemos hacer a la idea del día a día que se vive en Belgrado.
Además, también destaca porque los días previos a las fiestas navideñas podemos encontrar en la plaza los tradicionales mercadillos. Estos regalan un ambiente acogedor a los visitantes.
Calle Knez Mihailova

Esta vía comienza en la plaza de la República y termina en el parque de Kalemegdan. Es la calle peatonal más larga de la capital Serbia, con un kilómetro de tiendas y establecimientos comerciales.
Residencia de la princesa Ljubica
Fue construida entre 1829 y 1831. Es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura serbia. Durante años, fue la residencia de la princesa Ljubica, pero actualmente alberga el Museo de Belgrado.
La visita a su interior resulta muy llamativa por la influencia oriental-turca que desprenden el mobiliario, los sofás y los cuadros que todavía hoy se mantienen allí.
Fortaleza de Belgrado

Su nombre oficial es Kalemegdan y se encuentra en el mismo parque que lleva su nombre. A pesar de su apariencia moderna, fue construida hace siglos. El motivo es que fue destruida durante la segunda Guerra Mundial. Es uno de los rincones más especiales de Belgrado. Posee toques románticos y uno de los miradores más bonitos del país.
Edificios bombardeados por la OTAN
Belgrado es una ciudad con un pasado tortuoso y una historia plagada de enfrentamientos. De este modo, muchos edificios que fueron bombardeados en el pasado continúan con el mismo aspecto. Uno de los ejemplos más claros de estos hechos es el Ministerio de Defensa de Belgrado. Fue bombardeado por la OTAN en 1999.
No es una visita realmente agradable, pero nos traslada al pasado de este país, ayudándonos a conocerlo mejor.
Museo de Tesla

Nacido en el seno de una familia serbia, el genio de la electricidad tiene un hueco importante en la ciudad de Belgrado.
El Museo cuida, preserva y muestra el legado de Tesla. En él puede visitarse una exposición interactiva, con réplicas de sus inventos, pero también cartas y documentos originales.
A lo largo del recorrido se puede experimentar con la famosa bobina Tesla y formar parte del tour turístico en castellano de este edificio.
El monumento a Víctor
Es el símbolo de la ciudad y otro de los rincones obligados que hay que ver en Belgrado. Fue erigido en el año 1928 por el escultor Iván Mestrovic, considerado el más grande de Yugoslavia. Representa la fuerza del pueblo serbio para reponerse de cada batalla. Cabe destacar que durante la primera Guerra Mundial y la ocupación austro-húngara, casi millón y medio de serbios fueron asesinados.
Fuente Cukur

Cuentan que el 3 de junio de 1862 Sava Petkovic, un aprendiz de tendero de solo 13 años, fue a recoger agua a la fuente por orden de su maestro. Cuando su cántaro estaba casi lleno, tres turcos se le aproximaron por detrás ordenándole que se retirara, a lo que el chico se negó. Los soldados turcos enfurecidos y heridos en el orgullo atacaron a Sava causándole la muerte. Este hecho se propagó por el resto de la ciudad y del país, originando el levantamiento de Serbia contra la ocupación turca. Finalmente se consiguió la libertad. En 1931 se realizó esta fuente en memoria de Sava y de todos los que lucharon por la libertad.
Lugares ocultos que ver en Belgrado
La ciudad de Belgrado también guarda numerosos rincones que solo son visitados por los más curiosos, a pesar de su belleza.
Iglesia Ruvica
Significa «pequeña rosa». Este edificio ha estado bajo el control de los serbios, húngaros, turcos y austriacos. Incluso llegó a ser utilizado como un almacén de pólvora.
Pozo romano
A pesar de su nombre, fue construido en el siglo XVIII por los austriacos, durante la reconstrucción de la fortaleza de Belgrado. El objetivo era conseguir llevar agua al interior de la misma.
Finalmente, no hubo resultados y el agua nunca llegó. Por ello, el pozo fue utilizado como mazmorra. De ahí su fama, por las leyendas asociadas a él, hablando de todos los presos que han sido lanzados a su interior.
Se trata de unos de los rincones que tienen que ver en Belgrado aquellos que buscan los misterios de cada ciudad.
Acueducto romano

Otro de los monumentos que hay que ver en Belgrado. Tiene más de 1.800 años y hasta el siglo XIX proporcionó agua a la ciudad, momento en el que fue destruido por los turcos.