Dublín ¿Qué ver y visitar en la capital de Irlanda?

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Dublín es una ciudad mágica que exuda historia y música por cada poro. Existe una leyenda celta o vikinga para cada piedra, cada parque, cada puerta, y es imposible elegir la más interesante. Sus concurridas calles son una fusión permanente entre el pasado y el presente, una mezcla milenaria que ha inspirado a escritores, músicos e incluso políticos de todos los puntos del planeta. Desde las raíces vikingas de la ciudad a orillas del río Liffey a sus sobrecogedoras iglesias medievales pasando por los barrios de estilo georgiano donde se forjó la independencia del país, viajar a Dublín siempre será sinónimo de hacer un viaje por la historia.

La capital irlandesa, al igual que el resto del país, es famosa por ser una ciudad lluviosa, pero esto no debería ser motivo para frenar tus ganas de visitarla. Porque lo de que llueve mucho tiene truco: llueve todo el año, pero nunca llueve todo el día. De hecho, como dicen los propios dublineses, «en un mismo día en Dublín puedes vivir las cuatro estaciones… Varias veces«.

Pero, a pesar de no gozar de un soleado clima sureño, la gente de Dublín es sorprendentemente cálida. Siempre tienen una palabra amable para dedicarte y un tema sobre el que charlar con la sempiterna pinta de Guinness en la mano. Y es precisamente la simpatía y la amabilidad de los dublineses lo que convierten a esta ciudad en un destino perfecto para visitar. En este artículo te contamos todas las cosas que tienes que ver y hacer en Dublín para no perderte nada.

Dublín, joya histórica y cultural

Dublín es una ciudad literaria hasta la médula: por este motivo, decenas de tabernas, restaurantes e incluso tiendas tienen nombre de una novela. Si caminas por la calle mirando al suelo, cada pocos metros encontrarás baldosas con grabados del “Ulises” de James Joyce. También tienes la opción de visitar las mejores citas de Oscar Wilde a su desenfadada estatua en Merrion Square, o refugiarte de la lluvia bajo la que fue la casa de Johnathan Swift, autor de “Los viajes de Gulliver.  Y por supuesto, la ciudad cuenta con no pocos monumentos relacionados con la historia, la cultura y la literatura de la ciudad, como los siguientes:

Trinity College of Dublin y el Libro de Kells

Fundada en 1592 por la reina Isabel I, Trinity College es la universidad más antigua y más notable de Irlanda donde estudiaron escritores, políticos y pensadores de la talla de Samuel Beckett, Edmund Burke o Bernard Shaw. Hoy, visitantes de todo el mundo vienen a explorar el verde campus de la universidad y las imponentes salas de estilo gótico. Pero la verdadera razón para visitar es echar un vistazo dentro de la Old Library, la biblioteca más famosa (y hermosa) del país. Estos salones sagrados albergan una sorprendente colección de literatura. De todos los volúmenes que se encuentran en ella, el más famoso y valioso es «El Libro de Kells«.

El Libro de Kells es una versión ilustrada de los evangelios que fue creada alrededor del año 800 d. C. por monjes celtas. Las páginas de los manuscritos cobran vida con representaciones  de Cristo y sus seguidores en colores vibrantes bordeadas por intrincados nudos celtas y otros diseños. Independientemente de si eres religioso o no, todos los visitantes coinciden en que ver «El Libro de Kells» en persona es realmente una experiencia sagrada.

Dublín

No lejos del Trinity College de Dublín encontrarás varios puntos clave para entender la historia de la ciudad. Hasta que fue invadida por parte del Reino Unido, la capital irlandesa ha sido hogar de diferentes pueblos (celtas, gaélicos, vikingos, o normandos). Paseando por la zona encontrarás vestigios de este rico cruce cultural que se materializan en varios edificios: el  Ayuntamiento de Dublín, el Castillo de Dublín, la Christ Church Cathedral y la Saint Patrick Cathedral

La Catedral de San Patricio

La Catedral de San Patricio es la más grande de Dublín y la catedral nacional de la Iglesia de Irlanda. Construida en el sitio donde se dice que San Patricio (el patrón de Irlanda conocido en todo el mundo por la pagana fiesta de la cerveza que se organiza en marzo en su nombre) había bautizado a los conversos unos 600 años antes, esta enorme catedral de majestuosos techos abovedados y estilo gótico se erigió entre 1220 y 1259 con grandes restauraciones que comenzaron en la década de 1860. Hoy esta es una de las iglesias más reconocidas y queridas en el mundo, y recibe alrededor de 500,000 visitantes anualmente.

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El Castillo de Dublín

Justo en el corazón de la ciudad, el Castillo de Dublín ha jugado un papel en la historia de Irlanda. Los vikingos usaron estos terrenos para construir una fortaleza en la década de 930. Algunas partes del castillo fueron construidas y demolidas a través de los siglos, pero la estructura más antigua que queda, la Torre del Archivo, data del siglo XIII.

Además de ser una fortaleza contra los ataques extranjeros a la ciudad, el castillo y sus terrenos también han albergado una prisión, unos archivos, una estación de agua, una sede del Parlamento, una corte real de entretenimiento y una residencia militar… Todo ello antes de 1850. Los terrenos del castillo fueron también el lugar donde comenzó la Rebelión de Pascua de 1916, que marcó el inicio de la lucha por la independencia de Irlanda y que se logró tras una sangrienta guerra cinco años después. Hoy en día el castillo sirve para muchas funciones, como el alojamiento de dignatarios extranjeros y cenas estatales, la instalación de oficinas gubernamentales de Irlanda y  eventos privados.

Kilmainhan Gaol

Según muchos, esta «gaol» o cárcel ofrece a sus visitantes una de las miradas más singulares a la historia irlandesa más oscura. Ocupada desde 1796 hasta la década de 1920, la prisión albergó a muchas figuras famosas en la lucha por la independencia de Irlanda, incluyendo a Thomas Francis Meagher y James Connolly, y también fue el sitio de más siniestras ejecuciones y ahorcamientos. Además, la prisión actuó como un punto de transporte para aproximadamente 4,000 prisioneros a la colonia de convictos de Australia a principios del siglo XIX. La cárcel era conocida por el duro trato a sus presos, sin segregación por género hasta 1881, cuando se convirtió en una prisión exclusivamente masculina y la sobrepoblación forzó a colocar hasta cinco reclusos en celdas diseñadas para uno.

Dublín

Finalmente, no dejes de pasear por la ribera del río Liffey, donde encontrarás edificios majestuosos como las Four Courts o la Custom House de Dublin. No dejes de atravesar alguno de sus magníficos puentes, entre los que destaca por su antigüedad y belleza Ha’Penny Bridge. Siguiendo el curso del río, llegarás hasta O’Connell Street, la calle más larga, ancha y famosa de Dublín, donde se encuentra el emblemático Spire.

«Ol, Ceol agus Craic!»: la música y la fiesta nunca paran en Dublín

En Dublín, además de hablarse inglés se habla gaelico. Aunque la lengua se utiliza de forma minoritaria, los dichos y expresiones populares son conocidos por todos los habitantes. Uno de los más famosos, y que que cuelga en las puertas de muchos bares y algunas casas y que resume la esencia de la ciudad en tres sencillas palabras es este: Ceol agus Craic… O lo que es lo mismo, cerveza, música y diversión. A cada paso que das te encuentras a alguien tocando en directo.

La calle comercial principal, Grafton Street, es el escenario preferido de montones de bandas callejeras, algunas de las cuales son tan buenas que deberían estar llenando estadios. En cualquier pub encontrarás actuaciones de música en directo -tradicional, moderna o ambas- a cualquier hora del día, y paseando por las calles podrás encontrar también el local donde ensayaban en sus comienzos U2, el grupo de rock más famoso de Dublin a nivel mundial.

Los mejores bares, pubs y discotecas

The Temple Bar y The Auld Dubliner

Temple Bar es el bar más famoso de Dublín, y el que da nombre al barrio céntrico en el que se da cita todo el «craic» o fiesta nocturna. Cuentan con música en directo de mucha calidad, pero tiene la pega de que está siempre abarrotado y que las pintas son muy caras debido a su popularidad. Por ello, después de hacerse la foto de rigor en la puerta, lo recomendable es dirigirse a otro pub que está un poco más abajo en la calle, pero que es más barato, más auténtico y menos concurrido: The Auld Dubliner.  Impresionante ambiente vayas el día que vayas, excelente música irlandesa en directo casi todo el día, amplia selección de cervezas y no es caro para la zona y la popularidad que tiene.

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Dicey’s Garden

Quede por delante que las discotecas no son típicas en Dublín y que la noche auténtica se vive en los bares. Pero, si quieres salir de fiesta por Dublín «a la española» y sin arruinarte, Dicey’s Garden es tu sitio. Pintas a 2€, buen ambiente, buena música y pedazo de discoteca en la que encontrarás tres ambientes musicales diferentes y mucha gente de todas partes del mundo. Abren desde muy temprano y cierran muy tarde, lo que hace de ella el lugar perfecto para ponerle el broche a la noche cuando cierran los bares.

Las fábricas de cerveza y whisky

La Destilería Old Jameson

¿Sabías que en gaélico el whisky se llama uisce beatha, que se traduce literalmente como «el agua de la vida»? La familia Jameson y su particular «agua» son mundialmente conocidos, y aunque la destilería ya no fabrica allí su producción, la fábrica del centro de Dublin ofrece interesantes tours sobre cómo hacen su whisky aderezados con degustaciones gratuitas y deliciosas.

Guinness Storehouse

Dublín

Al igual que la Old Jameson Distillery, Guinness Storehouse ya no es una fábrica de cerveza en funcionamiento, pero ofrece una visión interna de la historia y el proceso de fabricación de esta cerveza única en un recorrido por los siete pisos de la antigua fábrica. ¿La mejor parte de la gira para algunos visitantes? La pinta gratis al final en la azotea de la fábrica, que ofrece las mejores vistas de Dublín.

La naturaleza en Dublín: parques, jardines y parajes que no te puedes perder

En Dublín todos los paisajes son de una belleza casi indescriptible, lo que puede apreciarse en parques distribuidos estratégicamente para cubrir toda la ciudad de pequeños remansos de paz, como Merrion Square, St. Stephens Green, Iveagh Gardens o Phoenix Park.

St. Stephens Green

Este hermoso parque que permanece verde durante todo el año es un gran lugar para pasar un día al aire libre sin salir del centro. Los terrenos del parque fueron comprados por Sir Arthur Guinness (sí, el de la cerveza) para transformarlos en un espacio más agradable. que hoy alberga 18 monumentos dedicados a algunas de las figuras más importantes de Irlanda.

Phoenix Park

Cuando el bullicio de la ciudad te sobrepase, busca refugio en Phoenix Park, el parque público más grande de todas las capitales europeas. Con una extensión de  1,700 acres, Phoenix Park cuenta con una gran cantidad de exuberantes jardines verdes, áreas boscosas sombreadas y lagos frescos y limpios, alrededor de los que puedes encontrar animales sueltos como ciervos o ardillas.

Howth, un pequeño paraíso marítimo a las afueras de Dublín

Dublín

Visitar Irlanda y no ver los acantilados sería el equivalente de ir a París sin pasar por la Torre Eiffel. Por eso, al viajar a Dublín es imprescindible visitar Howth, un pueblo pesquero considerado por los lugareños como «la costa de Dublín» y conocido por sus acantilados de un romanticismo casi obsceno, se encuentra a solo veinte minutos de la capital. Piérdete en los verdes senderos de de este paraje natural para llegar al faro de Howth, contempla la inmensidad del mar bajo tus pies y  finaliza la excursión con un paseo por el muelle en el que podrás saludar a las simpáticas focas que nadan en la bahía y degustar el mejor “fish & chips”.

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