El término Viajero Perpetuo (también conocido como Turista Perpetuo) es bastante nuevo, pero cada vez hay más personas interesadas en la forma de vida que estas personas proponen. Cada vez son más las personas interesadas porque el Viajero Perpetuo está estrechamente asociados con conceptos como la libertad y la independencia económica. Y estos conceptos atraen a mucha gente, y es que, ¿quién no quiere vivir de forma un poco más libre e independiente?
Los Viajeros Perpetuos tienen como base de su filosofía la Teoría de las Banderas, por lo que empezaremos por explicar a qué se refiere esta teoría. Básicamente, lo que propone la Teoría de las Banderas se puede resumir de forma sencilla en que debemos ir a los lugares donde mejor nos traten. La idea puede requerir un ligero cambio de mentalidad, pero es fácil: consiste en aprovechar las ventajas que nos pueden ofrecer los distintos países y aprovecharlas para diversificar nuestro patrimonio y abrir la puerta a nuevas opciones. Para la Teoría de las banderas, los Estados son gigantescas empresas que ofrecen sus servicios. Los Viajeros Perpetuos aprovechan los servicios que más les convienen de esas diferentes “banderas” para internacionalizar su vida y su negocio de la mejor forma posible.
El fenómeno de los viajeros perpetuos está muy vinculado, por tanto, a la globalización y a la tecnología. Internacionalizándose, estos profesionales buscan sacar partido a lo mejor de cada estado, y esto solo es posible en un mundo como el actual, donde existe la infraestructura y los medios para poder viajar y trabajar a distancia mediante el uso de VPNs, como ExpressVPN. Y es que estos viajeros se han dado cuenta de que, viajando continuamente y aprovechando las ventajas que ofrecen los diferentes países, se puede evitar tener que pagar impuestos, y con ello sacar mucho más rendimiento a sus empresas y a sus proyectos.
Según el país en el que estemos, las condiciones de permanencia serán distintas. En la mayoría de los países los visados de turista son gratuitos, y no exigen el pago de ningún tipo de tasa durante los primeros meses de estancia (esta estancia suele ser de entre 3 y 6 meses según el caso).
Un Viajero perpetuo, por tanto, podría tener su residencia en un país con una legislación laxa en términos de Impuestos sobre la Persona Física, tener su empresa en un país donde haya poca o ninguna carga impositiva en términos de Impuesto de Sociedades, tener las cuentas en un entorno económico y político estable para evitar riesgos (e incluso buscar destinos que no fiscalicen el capital), y pasar sus ratos de esparcimiento en los destinos que les resulten más atractivos, ya sea por clima, los hobbies, o las amistades, etc.
Por supuesto, como con todo, este estilo de vida puede tener sus inconvenientes, e incluso el hecho de querer pagar menos impuestos puede resultar controvertido desde el punto de vista moral. Por eso quizás no sea para todo el mundo. Pero si eres de los que piensa que tu vida te pertenece y que no hay razón para tener que estar rindiendo cuentas a nadie, el estilo de vida de los viajeros perpetuos te puede resultar más que atractivo, sobre todo, como decíamos al principio, si la libertad y la independencia son dos factores a los que les otorgas mucho valor.
Según el país del que seas, convertirte en un Viajero Perpetuo será más o menos complicado. En algunos casos, será necesario residir en un país puente antes de convertirse en viajero perpetuo. Para ello, habría que darse de alta en el censo de ese otro país, presentarlo en la agencia tributaria de origen y conseguir el certificado de residencia del otro país pasando allí al menos 6 meses. A partir de allí, podría comenzar ya tu aventura como viajero perpetuo.